El eterno retorno (o estar siempre rondando sobre la misma duda)
La serie de retratos que estoy trazando
dentro del ideario de Burlesque son mixturas de grafito y tintas (tradicionales y en gel) sobre papeles
artesanales e industrializados, superpuestos e intervenidos con fuego. El papel artesanal, batik de distintos
colores, genera una primera selección de obras “definitivas”. De las hechas
sobre papel verde la que quedó es Janet
…de las de papel azul Le Cirque
…y sigo buscando la de papel rojo.
Los dos
primeros intentos en rojo, Vaudeville y Gipsy, no me terminan de
gustar y no las considero listas para integrar la serie.
Ahora
estoy sobre el tercer intento, que me entusiasma un poco más, pero llegando al
punto de la duda habitual: las
anteriores se arruinaron porque me excedí pero a esta la encuentro demasiado
simple, necesita algo más, e intuyo que ese algo más va a ser lo que
desborde y la arruine como a las otras dos.
Peco por
exageración pero cuando me impongo la simpleza lo que queda carece de
autenticidad. Debería poder detenerme en el límite exacto que separa esa aspiración
barroca de la sobrecarga kitsch. A veces
me sale naturalmente, paro cuando debo y la obra tiene satisfactoria
entidad. Pero casi siempre me paso de
largo y hago de más. Estoy otra vez filando
el precipicio; no me gusta porque le falta algo pero me aterroriza exagerar
como de costumbre. Y sigo sin encontrar
mi retrato en papel rojo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario