domingo, 20 de mayo de 2018











     ¿Hay algo más placentero que pasar un par de horas en paz garabateando con lapiceras azules, celestes y blancas?   La tinta en gel humedece el papel artesanal, que suelta una especie de pelusa que se mixturiza con el color y permite un juego dudoso de identidad entre medio y soporte.  Nada es como parece a primera vista.  Nunca.






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