sábado, 26 de mayo de 2018




     La tercera de las Arlequinas, la Colombina, acumula todos los problemas del trío original. 







   Desproporción en la cabeza, malos cálculos con el cuello, de tanto remiendo terminó en el suelo varias veces, en una de las cuales se partió las dos rodillas.  Después se desequilibraron las piernas y no hubo forma de volver a pararla firme.  Más caídas, se aplastó la cabeza, se rompió el gorro, y siguieron montones de pequeños estropicios.  Como último intento decidí sujetarla a una base, y convertir a ésta en un carrusel que me permitiera afianzar en su estructura toda la figura.

    Y siguieron los problemas.  Mi carrusel debería tener caballitos, pero el primer recorte de un rollo de cocina me dio una especie de perro…










     Segundo recorte, más altura, pero salió más como una llama o a una jirafa enana…










     La tercera es la vencida –o más o menos- y con buena voluntad se parece más a un caballito… 


















    En un exceso de optimismo recorto cinco y los pruebo sobre la base:















     Van a necesitar mucho, ¡mucho!, trabajo, pero en una de esas resulta.  Habrá que ver cómo sigue.





No hay comentarios:

Publicar un comentario