Así son las cosas: o aceptás las
reglas que te impone el entorno (reglas
que, como es lógico, los benefician en forma exclusiva a ellos) o no te
dejan entran al juego. Es lo que ellos
determinan o nada. Ellos no
negocian. Ellos han sido instituidos por
sus propios dioses como los dueños de la única verdad. Entonces, claro, lo que uno elige en esa
disyuntiva es NADA.
No es
mala voluntad, es simple instinto de supervivencia. Si no nos quieren como somos y siendo que a
estas alturas no vamos a cambiar, mejor
seguir por caminos separados. No quiero
(nunca quise) que nadie cambie o
postergue lo que sea por mí. Ya me
dejaron en claro que yo no valgo la pena, ¡como tomarse la más mínima molestia
en mi honor! Pero ya tuve mi cuota de
postergación y sometimiento. Ahora ya
está, sigamos en paz. Sencillamente, IRSE.
Irse como la solución a todo.
Irse como la única respuesta sensata.
IRSE. De una buena vez.
Si
me fui en busca de una luna menos fría
No esperes más de mí
y acepta la verdad
que fue necesidad de compañía…
No esperes más de mí
y acepta la verdad
que fue necesidad de compañía…
Joan
Baptista Humet, Hacer amigos
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