martes, 2 de octubre de 2018






    Así son las cosas: o aceptás las reglas que te impone el entorno (reglas que, como es lógico, los benefician en forma exclusiva a ellos) o no te dejan entran al juego.  Es lo que ellos determinan o nada.  Ellos no negocian.  Ellos han sido instituidos por sus propios dioses como los dueños de la única verdad.  Entonces, claro, lo que uno elige en esa disyuntiva es NADA. 







     No es mala voluntad, es simple instinto de supervivencia.  Si no nos quieren como somos y siendo que a estas alturas  no vamos a cambiar, mejor seguir por caminos separados.  No quiero (nunca quise) que nadie cambie o postergue lo que sea por mí.  Ya me dejaron en claro que yo no valgo la pena, ¡como tomarse la más mínima molestia en mi honor!  Pero ya tuve mi cuota de postergación y sometimiento.  Ahora ya está, sigamos en paz.  Sencillamente, IRSE.  Irse como la solución a todo.  Irse como la única respuesta sensata.  IRSE.  De una buena vez.








Si me fui en busca de una luna menos fría
No esperes más de mí
y acepta la verdad
que fue necesidad de compañía…

Joan Baptista Humet, Hacer amigos
















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