Para algo sirve Twitter (ya escucho las exclamaciones indignadas);
tenía registrado que hoy era el aniversario del nacimiento de Adolfo Bioy Casares pero no recordaba
la coincidencia con el de Agatha
Christie. Como corresponde a todo lector ideal (Eco dixit) mi encuentro con ambos signó la magia
perfecta de una literatura destinada a la eternidad. Las primeras historias de Agatha Christie llegaron a mis manos
allá por mis quince años, y a estas alturas he leído (más de una vez) todas sus novelas y un par de libros de memorias y
apuntes personales. A Bioy llegué obviamente por Borges y hoy es casi un pariente.
Por ese
juego de asociaciones libres cuando vi la foto de ambos en Twitter esta mañana
me vinieron de inmediato dos novelas a la cabeza: Dormir al sol (mi favorita entre la obra de Bioy Casares, novelita absolutamente de-li-cio-sa, compartiendo “la señora”
y la perra el mismo nombre y similar destino) y Maldad bajo el sol (una
donde Christie hace elegante uso de
su experiencia de campo como esposa de arqueólogo). Las tramas son completamente distintas, los
estilos incomparables, el marco geográfico del todo dispar, pero ambas me produjeron
al leerlas (por primera, por segunda, por
tercera vez…) el mismo placer absoluto que me produce evocarlas en este
momento. Somos definitivamente los
autores que amamos y los libros que nos han mejorado.
Feliz
cumpleaños a ambos allá en su cielo literario de los grandes escritores.
Post data: ya busqué ambos libros en mi biblioteca y los
bajé a mi mesa de luz. Maravilloso don
de poder revivir el placer de las letras cuantas veces se nos antoje. El auténtico paraíso.
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