martes, 15 de septiembre de 2015





















     Para algo sirve Twitter (ya escucho las exclamaciones indignadas); tenía registrado que hoy era el aniversario del nacimiento de Adolfo Bioy Casares pero no recordaba la coincidencia con el de Agatha Christie.  Como corresponde a todo lector ideal (Eco dixit)  mi encuentro con ambos signó la magia perfecta de una literatura destinada a la eternidad.  Las primeras historias de Agatha Christie llegaron a mis manos allá por mis quince años, y a estas alturas he leído (más de una vez) todas sus novelas y un par de libros de memorias y apuntes personales.  A Bioy llegué obviamente por Borges y hoy es casi un pariente.

     Por ese juego de asociaciones libres cuando vi la foto de ambos en Twitter esta mañana me vinieron de inmediato dos novelas a la cabeza: Dormir al sol (mi favorita entre la obra de Bioy Casares, novelita absolutamente de-li-cio-sa, compartiendo “la señora” y la perra el mismo nombre y similar destino) y Maldad bajo el sol (una donde Christie hace elegante uso de su experiencia de campo como esposa de arqueólogo).  Las tramas son completamente distintas, los estilos incomparables, el marco geográfico del todo dispar, pero ambas me produjeron al leerlas (por primera, por segunda, por tercera vez…) el mismo placer absoluto que me produce evocarlas en este momento.  Somos definitivamente los autores que amamos y los libros que nos han mejorado.  

     Feliz cumpleaños a ambos allá en su cielo literario de los grandes escritores.


Post data:  ya busqué ambos libros en mi biblioteca y los bajé a mi mesa de luz.  Maravilloso don de poder revivir el placer de las letras cuantas veces se nos antoje.  El auténtico paraíso.






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