martes, 13 de noviembre de 2012




     Primera conclusión: Las bibliotecas TIENEN que estar en la planta baja. Al ras del suelo. A nivel del mar (o, en Buenos Aires, por debajo del nivel del mar –o de la cota hidráulica o de lo que sea-). Probablemente porque el peso acumulativo del papel, si uno tiene buena suerte en la vida, puede sobrepasar lo previsto para la resistencia de los cimientos del hogar familiar. Definitivamente porque cuando uno se saca la rótula izquierda de lugar no puede subir escaleras. Un piso de distancia entre un ratón de biblioteca (lisiado) y su biblioteca es una distancia cruel e infranqueable.






     Segunda conclusión: Que cuando se fantasea con “tener tiempo” para dedicarlo a lo que a uno realmente le interesa debería tenerse la sabiduría y la precaución de desear “tiempo sin inmovilizador de rodilla”, porque esta especie de férula rígida de la ingle al tobillo limita de tal modo el movimiento que no es sencillo ni estar parado, ni sentado ni moverse alegremente de aquí para allá; ni siquiera encontrar una postura para sentarse o acostarse que permita cierta comodidad por más de treinta segundos seguidos.






     Tercera conclusión: Pensar, asunto que ha sido desde mi infancia mi negocio principal, me resulta ahora una acción circular que acaba siempre en el mismo punto de partida: ¿pongo otro almohadón así la pierna se eleva y me afloja el dolor en el tobillo o le quito la almohada así queda para abajo y disminuye la sensación de agujas clavadas en la pantorrilla?






     Suspiro e intento la resignación. Porque es evidente que no tengo más remedio que resignarme. Es de creer que en algún momento mi cerebro va a adaptarse a la situación y se olvidará de la molestia de mi rodilla díscola y su palpitante latido doloroso. Pero mi cerebro anda lento (será por los calmantes) y se empecina en recordar. Una parte de mi (una parte pequeña a la que no le hago gran caso) sabe que no es un gran problema el que me aqueja y que no debería hacer tanto espamento. Pero me duele, y no puedo subir la escalera, y está muy bien eso de ser cerebral, y racional y una persona muy medida y estoica.... Pero no puedo subir la escalera (¿ya lo dije, no?), y mi biblioteca está arriba (también lo dije, ya se) y con la pierna rígida y sin movilidad tampoco puedo pintar y entonces… Doy pena.





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