martes, 21 de enero de 2014

Las Leyes de Murphy de la Silk Road







     Todo mal. Primero, me agarraron todos los asuetos. Después, en la Dirección de Artes Visuales, tuve que vérmelas con la supremacía camporista y con la desidia (habitual) en el trabajo administrativo bien pago que arranca a las diez de la mañana.
 
      Pero con esa perseverancia mía que tiene más de obcecación de mula encaprichada y ese leve resabio de sangre catalana que me corre por mis venas mestizas, a las diez y treinta y siete del lunes 20 de enero obtengo mi Licencia de Exportación para remitir ¡por derecha! mis siete obritas de la serie Silk Road a España.



 
 
 
     Marcho al instante, feliz y entusiasta, a la sede central del Correo Argentino, donde funciona la delegación de la Aduana y de la AFIP a fin de poder hacer el envío.
 
     A las doce menos cuarto del mediodía, con 36 grados centígrados y cuarenta de sensación térmica, con un sol pasmoso y esa humedad de Buenos Aires que es una humedad IN-DES-CRIP-TI-BLE para quienes no han puesto un pie en suelo porteño, me apersono al Correo de Retiro y... NO HAY LUZ.   No sólo no atienden, no dejan entrar al interior del edificio en el área de envíos al exterior (por sombra y asiento). Nadie sabe cuando volverá la luz, si es que lo hará. Viste como es EDESUR... Esperá...
 
      Y espero. Una hora, dos, tres... A las dos y media de la tarde era evidente que la luz no iba a volver, pero a esa altura, me daba cosa irme. El correo cierra a las cuatro, espero. Tres y cuarto los delegados gremiales hacen cerrar el edificio. No se puede trabajar sin luz (¿no se puede?). Volvé mañana, si hay luz, pero llamá antes, por las dudas... ¡A estas alturas, quién sabe si habrá vuelto la luz!







     Martes 21. Obediente y tenaz llamo al Correo (Atención al Cliente, no me dieron ayer ningún número directo; podría haberles causado lástima, ahí, parada y sudada bajo el sol durante largas horas, pero ellos, los funcionarios públicos del correo nacional y popular son inconmovibles e incorruptibles) para preguntar "¿hay luz?". Pero no consigo comunicar, siempre ocupada la línea. ¿Voy igual?
 
      En estos momentos está todo oscuro como si fuera de noche (pese a ser corrida media mañana), llueve de a ratos y hay alerta metereológica por granizo y fuertes tormentas eléctricas. Los rayos se han convertido en el actual enemigo público número uno. Honestamente, no me asustan tanto los rayos como el que el agua (de lluvia y de calles inundadas) dañe las obras en el traslado y/o en la espera si llego y de vuelta no hay luz. Yo no puedo creer tanta yeta...



 
 
 
Post Data: Un amigo (¡riéndose de mí a carcajada limpia e indisimulda!) acaba de llamarme para contarme del lanzamiento de los Sello Conmemorativos de la "década ganada", justo, ¡JUSTO! el día 20 de enero de 2014, ¡ayer!. ¡Para eso sí tiene luz! El enlace es: http://www.prensa.argentina.ar/2014/01/20/47325-desde-hoy-circulan-nuevos-sellos-postales-sobre-la-decada-ganada.php



 
 
 
Post Data Bis: Son casi las cinco de la tarde y acabo de volver del Correo de Retiro. Hoy ni las puertas de acceso abrieron. En las rejas un papel diciendo: "Por problemas de suministro energético agenos..." ¿Agenos? ¿Agenos? ¡AJENOS! No se puede ser tan bestia: ¡con J! ¡Se escribe con J!
 
    Además, no son "agenos", ya que el Correo depende de Presidencia de la Nación y la energía es un servicio público que DEBE ser provisto debidamente por el Estado. ¿Qué es ajeno a qué? Al mundo real: dos días sin correo, dos días perdiendo tiempo (y dinero) trasladándome hasta la central de envíos postales internacional para NADA.
 
      Eso sí: la estampillita del "Futbol para Todos" está. ¿Qué más se puede pedir?
 
 
 
 
 

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