SOBRE LA CURSILERIA DEL AÑO NUEVO Y FACEBOOK
g) Foto de un burro que se desploma exhausto en la plaza de El Pilar (textual);
h) Publicidad de OXL Argentina anunciando que “vender es fácil”;
i) Nueva publicidad del crítico de Londres de uno de sus posts, una, dos, tres veces.
l) La reproducción de una acuarela muy bonita.
ll) La reproducción de otra acuarela realmente buena.
m) El crítico de Londres autopublicitándose.
s) Nueva actualización post crítico de Londres.
t) Nueva actualización post crítico de Londres.
u) Foto Marilyn Monroe.
y) Foto de bicicletas aparcadas en la calle frente al Támesis.
z) Publicidad argumentando que comer pepinos mejora la salud.
Creo que nada –bueno, casi nada- es tan cursi como las fervorosas buenas “intenciones” de cada comienzo de año. El cúmulo reiterativo de esas “cosas” (dejar de fumar, beber o comer; buscar un novio/a o amante y/o dejar al que se ha venido teniendo hasta entonces o conformar finalmente un harén; trabajar más o trabajar menos o cambiar de trabajo o por una vez en la vida buscar uno; mandar al diablo a la suegra o al cónyuge o al jefe o al vecino o a quién sea; y variables infinitas pero tan caches como estas) que nos proponemos hacer en el año que comienza y que no perduran más allá de unas 18 o 20 horas. Pero pese a la fugacidad natural de estas determinaciones hay que oírlas –¡otra vez!- y soportar que nosotros mismos amaguemos a ellas aun con nuestra clara conciencia del ridículo y sinrazón que implican.
Personalmente y en un arrebato de cursilidad festiva (léase: en mi mano una copa de champaña mixturizada con vodka y zumo de cerezas frescas en avanzado estado de consumo), prometí considerar el integrarme a la masa de Facebook como primer paso para trabajar este nuevo año con mi karma de falta de suficiente sociabilización. En el brevísimo período que tal estúpida intención pretendió pasar a los hechos, me senté junto a una amiga frente a la notebook y “analicé” con ella su muro a fin de evaluar la alta conveniencia de incorporarme a la red social más antigua y popular.
Aclaro –como si hiciera falta- que esta amiga es una persona cuya inteligencia valoro y que se mueve en ambientes bastante culturosos como para suponer ab initio que su interacción “social” sería entre pares medianamente interesantes. Así, sentada frente a la pantalla, este 2 de enero donde intento alejarme de brindis y saludos, salir de la resaca y volver a un ritmo humano racional de alimentación, veo:
a) Una foto de un señor apoyado en un citroën de los viejos, con botas de jardinero hasta las rodillas, sombrero a juego y canastita, alistando un ramo de florcitas que se presume acaba de cortar, leyenda: “menganito cambió su foto del perfil”.
b) Mismo señor desea, por lo que entiendo, un buen año en italiano; gratitud de dos o tres personas en similares términos.
c) Conocido crítico de arte, radicado en Londres, publicita su blog subiendo uno de sus posts una, dos, tres veces (parece que eso se llama actualizaciones). Nota: ese post lo leí en el blog de este señor, al que suelo seguir por ser transgresor, inteligente e interesante, por lo que me pareció material viejo: yo lo había leído hace días.
d) Saludo de una señora por el inaugurado 2014, al que otras cuatro contestan (“¡Lo mismo digo!” o por el estilo).
e) Nueva publicidad del crítico de Londres de un post (de ayer) de su blog;
f) Nueva publicidad del crítico de Londres de uno de sus posts, una, dos, tres veces.
j) Foto de un animal en una jaula (pero no distingo que animal es) saludado por una señora abrigada (a la que supongo europea);
k) Una frase tremendamente sensiblera en fondo rosa (“Cuando un niño te da un regalo, aunque sea una piedra que acaba de recoger, demuéstrale gratitud. Puede que sea la única cosa que tiene para dar, y ha elegido dártela a ti.”) Cuatro comentarios de otras tantas personas que demuestran que nunca puede serse definitivamente cursi porque siempre aparecerá alguien que te supere.
n) Foto de un volcán.
ñ) Enlace a una foto de un señor con una cámara fotográfica ensartada en un aparato muy extraño anunciando “This camera stabilizer seems to defy the laws of physics”
o) Un artista brasileño que sube una foto personal (no vinculada a su obra) que debió haber pasado por el filtro del sentido común, el buen gusto y la prudente autocensura;
p) Crítico de Londres sube foto de una amiga personal .
q) Foto y mensaje contra el maltrato a los burros.
r) Foto de una rubia maquillada (y trucada) para lucir cual Barbie.
v) Nueva actualización post crítico de Londres.
w) Nueva actualización post crítico de Londres.
x) Señor con botas de jardinero sube enlace a un nenito chino que toca el piano (parece que es prueba de la reencarnación por lo poco que puedo entender evitando cliquear el enlace).
Se me acabaron las letras y la buena voluntad de encontrarle sentido a Facebook. Creo que esta vez mis “buenas” intenciones de año nuevo duraron a lo sumo media hora. El grado de fomento de la sociabilidad que implican las redes “sociales” es algo que huye por completo de mi entendimiento. Por el contrario, creo que frecuentar Facebook todo un día puede convertirme directamente en una eremita convencida e irrecuperable.
Oficialmente, ya acabé la celebración del “Año Nuevo” y sigo con mi vida (poco sociable) tal como venía y sin “buenas intenciones” a la vista (o, por lo menos, hasta el próximo primero de Enero).
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