Después
de andar dispersa en tantas cosas distintas, es un placer volver despacio al
principio. Y eso es volver a,
simplemente, dibujar sin ambiciones.
Sólo dibujar, sin preocuparme por la plasticidad, la originalidad o la
transgresión técnica que justifique la obra frente a sabelotodo académicos.
Hace tiempo
quiero intentar reproducir la estética de las postales eróticas victorianas, tratando de lograr el efecto de
ese sepia desgastado que torna hasta al desnudo más procaz en una imagen
bucólica. He compilado material
(tarjetas, fotos, algunos libros) a la espera de la oportunidad de abocarme en
exclusiva a este proyecto. Parece que ha llegado el momento. Uso de escusa la planificación de una serie de
dibujos para postular a la convocatoria del Valencia Sex Festival que tendrá lugar
a mediados del año próximo.
Así,
parece que estoy haciendo algo muy serio, intelectualizado y “estratégico” para mi “carrera”, cuando realmente estoy jugando a hacer sólo lo
que me viene en ganas. Déjenme dibujar en paz (aunque sea por un rato).
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