lunes, 2 de noviembre de 2015



 
 
 
 
 
 
     Me acaban de enviar esta captura por mail, con un texto indignado que me acusa de permitir estas cosas.  De hecho, no sólo no lo permití sino que no tenía la menor idea.  Alguien ofrece reproducir mi trabajo en distintos objetos y prendas, por un precio, sin mi autorización.  No es correcto, claro está, mínimo deberían haberme preguntado (que habría dicho si, y me hubiera sentido la mar de alagada). 
 
     Pero queda clara mi autoría (se me atribuyen la obra con claridad), y no puedo evitar que el asunto me caiga simpático.  Contesté el mail agradeciendo el aviso, asegurándole con seriedad que ya me ocuparía (¿de qué?).  Si alguien ha comprado algo, ¡qué maravilla!, espero que a quién sea le haya ido bien. 
 
      Esto es (o pretende ser) arte.  El original lo tengo yo, las copias sólo hacen dos cosas: difunden la obra y me hacen pensar que lo que hago puede ser atractivo para alguien más.  Así que, ¡gracias! a quién corresponda.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario