viernes, 13 de enero de 2017




     Camino a Londres.  Al Londres que antes de conocer físicamente ya conocía por Conan Doyle, por Dickens, por Stevenson, por Agatha Christie, y en los últimos tiempos, por Anne Perry y P.D.James.  Esa ciudad que a través de Borges uno llegó a comprender y a  aceptar como referente fundacional de nuestra cultura aunque nuestros abuelos directos bajaran de barcos zarpado en España o Italia




    Pero yo había estado antes en pleno agosto, no en este enero gélido donde los titulares de los diarios se regodean anunciando más frío que viene –dicen, o eso entendí yo entre mi tiritar de dientes- de la mismísima Siberia.  Entonces llego y la Londres literaria, culta e intelectualmente provocadora se resume en un acogedor y cálido pub.  Acá voy a esperar a que pase la ola polar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario