Como reconociendo la bipolaridad femenina, lo que ayer me hacía reir hoy me deprime. ¿Volubilidad? No. Racionalidad: me quedé pensando, se sumó una columnita de "entrepreneurs" y de la indignación justificada pasé a la resignación desalentada.
O sea: ayer domingo me ahogué con mi primer café del día al leer los comentarios a la nota “FERNANDO ENTIN: EL NARCISISMO DESPLAZADO DE UN GATO DOMESTICADO” Texto y entrevista a FERNANDO ENTIN publicado por MIRABAIRES , acotado por Rodrigo Cañete, en mi blog fetiche www.loveartnotpeople.me.
Cito del texto original del articulo comentado:
“Con un pasado de actor en su haber, el reconocido galerista Fernando Entín, director desde hace más de una década de ELSI DEL RIO Arte Contemporáneo, …inició una faceta como conductor del ciclo “Gallery Nights TV”, una co-producción de “Arte al Día” y “A24”. (…) En los años de su adolescencia, Fernando trabajó junto a su padre en la fábrica de pieles de la familia. A los 20 años, un día se sorprendió cuando en el sillón de un dentista y amigo se echó a llorar diciendo: “No tengo trabajo”. Fruto de esa charla, comenzaron juntos un nuevo emprendimiento relacionado al rubro gastronómico y hasta tuvo su propio bar que se llamaba “La Moneda”, ubicado en Pueyrredón y Corrientes. La gastronomía no era lo suyo, pero a pesar de eso, le dedicó más de 15 años de su vida. Un día le declaró a José Luis Anzizar (artista y compañero de la vida hace 25 años y con quien lleva un año de casados) que quería cumplir el sueño de tener su propia galería. Siguiendo esa convicción, abandonó sus emprendimientos, y acompañó a José Luis a un viaje de trabajo a Nueva York. Con un cuadernito bajo el brazo, y una cámara de fotos comprada en el duty free del aeropuerto, decidió aterrizar en los Estados Unidos con una misión: recorrer 200 galerías de arte de Chelsea…”
El resto del artículo pinta de cuerpo y alma a este “galerista”, lo que sumado a las oportunas acotaciones marginales de RC inicié mi domingo llorando de risa. ¡Por el dios de los ridículos y los peinados raros!
Mi buen humor me llevó a un día de trabajo fructífero y recién cuando mi espalda rezongó a media tarde paré un rato a ojear el diario del día. Y como las cosas gustan de agruparse por temas para mantener el delicado equilibrio del cosmos, en la contratapa del suplemento de Economía y Negocios de La Nación me encuentro con la columnita “Emprendedores: MeroArte / Santiago Cavanagh – Melina Kharsansky – Lautaro Mei – Nicolás Rosental / Producto: Mercado de arte online.” (La Nación, 9 de marzo de 2014 Economía página 16).
Leo con ingenuo interés “La idea”: “Todo el arte en un mercado online”. ¡Vaya novedad! Hay, ¿cuántos? ¿chiquicientos sitios de este tipo?. Sigo: “…los creadores de MeroArte, un cuarteto de entrepreneurs, en su mayoría, experimentados. Un mercado de indumentaria y una plataforma de innovación colectiva fueron las primeras experiencias …”
Deduzco, a esa hora de mi domingo, que para dedicarse al “mercado del arte” hay que tener como base y conocimiento algo relacionado a las pieles o a la comida (como Entin) o a la ropa y a la “innovación” tecnológica como estos cuatro chicos. Lo que se dice un know how contundente. Me digo, supongo que en modo sensato, que estos últimos cayeron en MeroArte por que los dos proyectos anteriores fracasaron, sino en vez del escueto comentario genérico hubieran citado con nombres y data reconocible dichos emprendimientos.
Continuo: “MeroArte surge de un problema –describe Nicolás-; hay muchos artistas independientes, pero muy pocos logran exponer sus obras, y menos aún logran venderlas” (…) MeroArte busca “democratizar el mundo del arte” en la región.” Ahí entré a sospechar que debe haber plata de La Cámpora de por medio: tan jóvenes, tan proges, tan democráticos, ¡tan improvisados e ignorantes!
Voy indignada al resumen de inicio y presentación del artículo: Año de inicio: 2013. Inversión inicial: $ 50.000 de familiares y amigos. Facturación anual: $ 800.000 proyección 2014. ¡Pero por favor! ¿Cómo hacen esas proyecciones? ¿Con un proyector de Super8? No saben de lo que hablan, tienen nula formación, la “novedosa estrategia” es una copia barata de los múltiples sitios on line de difusión y presunta venta en línea de artistas emergentes que pululan desde el siglo pasado –lo sé, estoy en varios sin costo, sin pena y sin ninguna gloria- y, como todos esos sitios, su “facturación” es prácticamente nula.
¿De dónde salen estas notas tan abiertamente MENTIROSAS? ¿Es publicidad encubierta? ¿Estos chicos compraron el espacio? ¿No era que la dichosa Ley de Medios servía para que a uno le aclararan cuando empieza y cuando termina los espacios publicitarios? ¿Por qué se meten con el arte? ¿Tienen que rebajarlo todo también en el último bastión de las buenas intenciones y las utopías vanas que es el arte? Me acosté el domingo furiosa con tanta chapucería.
Para colmo, mis voces hacen acto de presencia para arruinar aun más mi mañana de lunes.
-¿No estabas tratando de conseguir colgar en algún lado durante la Gallery Nigth de mayo? ¿Y te metés “precisamente” con uno de los organizadores? ¿Te parece una buena política de “difusión y prensa"?- dice la voz de anteojos, con su apático tono plano de quien comenta obviedades que a nadie importan demasiado. Tiene razón, pero, bueno, el personaje de la porra agreste y los 15 años de gastronómico como soporte de su calificación de sabedor en la cosa artística es inaceptable y me subleva.
-Pero no te preocupés por eso- acota la voz buena madre de familia - si se mete con estos chicos de la plataforma virtual, que de seguro tienen más luces que ella en las “innovaciones tecnológicas”, en breve este blog va a desaparecer misteriosa e irreversiblemente en la nada intangible de la web… Si algo sabe es elegirse los enemigos. Si, eso es algo comprobado.
Y me deprimo. ¿No estaba yo en este huequito, en este pequeño rincón del mundo, chiquito, exclusivo, selecto, ilusorio, de los que creemos en el Arte como destino y meta, como amante déspota pero lealmente gratificante, como única razón de ser que nos evita el tiro en la boca?
No hay comentarios:
Publicar un comentario