viernes, 7 de marzo de 2014




     “¡Viva el 8 de Marzo!” es el título de una muestra colectiva que se inaugura hoy en el Centro Cultural Borges, coordinada por el Centro de Investigación Arte y Género (IUNA) y auspiciada por la Revista Vanidades

      En lo personal me resulta MUY molesto esto del “día de la mujer” , versión políticamente correcta (y condescendiente) del día nacional del Asado -11 de octubre-, del día internacional del Gato -20 de febrero-, del día del Salame Quintero -segundo domingo de septiembre- o de su versión original el día de la Butifarra

      Pero sin querer hilar demasiado fino ni resultar demasiado molesta, yo pregunto: ¿era necesario el ¡Viva el 8 de marzo!? Se supone una fecha para reflexionar sobre la trágica muerte de mujeres que reclamaban la igualdad de sus derechos laborales. No es para "celebrar" –precisamente- esos homicidios. Insisto, ¿era necesario el “¡Viva…!”? 

      Pero lo absurdo propende a lo cirquero, y todos los años, por estas fechas, debemos soportar estas dudosas “celebraciones” y “festejos” que presuntamente “homenajean” a “la mujer”, aunque al cabo no resulte más que un manojo patético de lugares comunes y peyorativos en su esencia. Este año el colmo del despropósito parece ser el acto propuesto por el Municipio de Vicente López:






     Soberano escándalo se armó con lo de “Las dos Evas del Poder”, al punto que todo el evento se canceló. Diré –y no por mero espíritu contradictorio- que lo de las "dos Evas” es lo que menos me molestó. Al fin y al cabo fueron ambas esposas de jerarcas nazis. Una del obvio (Hitler) y otra del encubierto (Perón), ¿o es que no tenemos que acordarnos que Perón encabezó Odessa, la organización que ayudó a huir y protegió en América a Josef Mengele, el “Angel de la Muerte” de Birkenau (ingresó a Argentina bajo la identidad de Helmut Gregor en 1949, luego se traslada a Paraguay en 1959 y finalmente muere en Brasil en 1979, ahogado mientras nadaba en Betrioga, cerca de Sao Paulo); Erich Priebke , responsable de la matanza de 335 personas de entre 14 y 75 en las Fosas Adriatinas, cerca de Roma, en 1944 (tras su ingreso por Buenos Aires en 1948 se trasladó a Bariloche, donde se convirtió en referente de la comunidad llegando a ser Director de la Asociación Cultural Germano-Argentina y de su Colegio Alemán. Descubierta su verdadera identidad fue extraditado recién en 1995); Adolf Eichmann, uno de los responsables directos del exterminio de judíos, gitanos y homosexuales (ingresó a Argentina con un pasaporte a nombre de Riccardo Klement y se instaló con su mujer y tres hijos en Olivos. Fue reconocido por un superviviente del campo de Dachau. La noticia llegó al Mosad israelí, que lo secuestró el 11 de mayo de 1960 y le tuvo encerrado en una casa hasta que consiguió sacarlo del país. La Juventud Peronista montó una operación de búsqueda compuesta por tres centenares de militantes que, en sus motos, se dedicaron a registrar inútilmente la capital argentina. Fue juzgado en Israel, condenado a muerte y ahorcado el 31 de mayo de 1962); Gerhard Bohne, quien estuvo a cargo del plan hitleriano de eutanasia de personas con problemas físicos o psíquicos llamado Aktion T4: desde finales de los años 30 más de 62.000 minusválidos, enfermos mentales y personas incurables fueron enviados a las cámaras de gas e incinerados hasta que, en agosto de 1941, Aktion T4 fue cancelado (llegó a Buenos Aires con su hermana en 1949. Seis años después, derrocado Perón, volvió a Alemania, donde fue detenido); el Capitán de la SS Herbert Kuhlmann, el croata Ante Pavelic, el belga Pierre Daye, entre muchísimos otros.






     Parece que el comparar a la “santa” Eva con la Eva cónyuge de un reconocido genocida (¿puedo preguntar cual es cual?) es LO ESCANDALOSO. Yo no comparto eso. Lo que me escandaliza es que a Eva Duarte se la tome como referente del avance de los derechos civiles y laborales de las mujeres.


Si Evita comprendió la contradicción inherente entre los fines del feminismo auténtico y el peronismo, nunca pareció preocuparle, ni pareció resentirle el hecho de ser utilizada por Perón como tarjeta política de presentación. Un deseo de él era, aparentemente, una orden para ella, o así lo dijo abiertamente en su autobiografía oficial, La razón de mi vida. Por su propia confesión, su participación en la causa de los derechos de la mujer fue originariamente idea de él: “El me enseñó en esto, como en todas las cosas, el camino. Las feministas del mundo dirá, que empezar así un movimiento femenino es poco femenino… ¡empezar reconociendo en cierto modo la superioridad de un hombre! No me interesa sin embargo la crítica. Además, reconocer la superioridad de Perón es una cosa distinta.” (La razón de mi vida –Buenos Aires, Peuser 1951 pág. 263). “Confieso que el día que me vi ante la posibilidad del camino “feminista” me dio un poco de miedo. ¿Qué podía hacer yo, humilde mujer del pueblo, allí donde otras mujeres, más preparadas que yo, habían fracasado rotundamente? ¿Caer en el ridículo? ¿Integrar el núcleo de mujeres resentidas con la mujer y con el hombre, como ha ocurrido con innumerables líderes feministas? Ni era soltera entrada en años, ni era tan fea por otra parte como para ocupar un puesto así… que, por lo general, en el mundo, desde las feministas inglesas hasta aquí, pertenece, casi con exclusivo derecho, a las mujeres de ese tipo… mujeres cuya primera vocación debió ser indudablemente la de hombres.” (Ib., págs.. 265-6). “…Y cada día el mundo necesita en realidad más hogares y, para eso, más mujeres dispuestas a cumplir bien su destino y su misión. Por eso el primer objetivo de un movimiento femenino que quiera hacer bien a la mujer… que no aspire a cambiarlas en hombres, debe ser el hogar. Nacimos para constituir hogares. No para la calle. La solución nos la está indicando el sentido común. ¡Tenemos que tener en el hogar lo que salimos a buscar a la calle: nuestra pequeña independencia económica… que nos libere de llegar a ser pobres mujeres sin ningún horizonte, sin ningún derecho y sin ninguna esperanza!” (Ib. 276)."

Doris Meyer, Victoria Ocampo – Contra viento y marea, Editorial Sudamericana Buenos Aires 1981 pág. 241/243.







     A la evidencia historiográfica me remito. La Eva que dejó su “testamento” en su La razón de mi vida no es representativa –ni por aproximación- a la lucha de las mártires del 8 de marzo. Mi indignación por el evento de Vicente López se centra en la falsedad ideológica de la inclusión de la esposa de Perón y no en la de la Eva de Hitler (que al caso, su inexistente mérito se asimila al de la otra). 

     No puede ponerse a alguien que ha dejado dicho que las mujeres “Nacimos para constituir hogares. No para la calle.” en la misma bolsa que una Lola Mora (¡maestra inimitable!), una Alfonsina Storni (“Hombre pequeñito, hombre pequeñito,/suelta a tu canario que quiere volar./ (…) Tampoco te entiendo, pero mientras tanto/ ábreme la jaula, que quiero escapar;/ hombre pequeñito, te amé media hora,/ no me pidas más.”) , las hermanas Ocampo o una Nini Marshal, Hacedora con H mayúscula: escribía (¡deliciosa y sabia!), dirigía y actuaba maravillosamente bien sus propias películas (otra que Chaplín...).





     Victoria dixit:

Según Freud, “la petite fille vient au monde mal équipée…” (la niñita nace mal provista). Habrase visto un cretino igual en esa materia. Mal équipée… ella que tiene la posibilidad de tener hijos, hoy en día, sin ayuda del “señor” (aunque el sistema de inseminación artificial no me gusta ni para los animales). Pero el hecho es así: los señores se venden en la farmacia y sanseacabó.” Victoria Ocampo, Carta a Angélica, Hotel de la Tremoille 16 de marzo de 1975. ¿No creen que habría que educar a los hombres también? Ellos suponen que todo lo saben. Lo prueba el hecho de que cualquier analfabeto varón tuvo derecho al voto, mientras que una mujer, así fuese Madame Curie, no lo tuvo… hasta hace unos años. Yo he vivido esas injusticias y no deben olvidarse si deseamos no recaer en lo mismo.” 

Victoria Ocampo, Entrevista a Mildred Adams, La Gaceta, Tucumán, 6 de Junio de 1976.-






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