Las
galeristas con las que participé en Artexpo New York 2015 el pasado abril
publicaron hoy en su muro de Facebook:
Sería consuelo de
tontos decir que dos galeristas profesionales, con años de experiencia en el
medio, tienen al momento de lidiar con Aduana los mismos problemas que tengo yo
(artista plástica emergente, autogestionada
y siempre limitada por el bajo presupuesto). La verdad palmaria es que en la Argentina de estos días (y de
los últimos doce años) la cultura es un imperdonable “capricho de castas” que hay que boicotear
a como dé lugar. Vergonzoso e indignante.
Pero
también es evidencia de que aunque pongan todos los obstáculos (hasta los más absurdos y perversos)
quienes nos dedicamos al arte seguiremos insistiendo, buscándole la vuelta para
seguir mostrando la obra allende la frontera sin tener que vender un riñón ni
robar un banco para hacerlo. ¿Acto de
rebeldía? ¿Desobediencia a la
autoridad? Destino de artista, nada más.
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