sábado, 15 de agosto de 2015




    Las galeristas con las que participé en Artexpo New York 2015 el pasado abril publicaron hoy en su muro de Facebook:






     Sería consuelo de tontos decir que dos galeristas profesionales, con años de experiencia en el medio, tienen al momento de lidiar con Aduana los mismos problemas que tengo yo (artista plástica emergente, autogestionada y siempre limitada por el bajo presupuesto).  La verdad palmaria es que en la Argentina de estos días (y de los últimos doce años) la cultura es un imperdonable “capricho de castas” que hay que boicotear a como dé lugar. Vergonzoso e indignante.

     Pero también es evidencia de que aunque pongan todos los obstáculos (hasta los más absurdos y perversos) quienes nos dedicamos al arte seguiremos insistiendo, buscándole la vuelta para seguir mostrando la obra allende la frontera sin tener que vender un riñón ni robar un banco para hacerlo.  ¿Acto de rebeldía?  ¿Desobediencia a la autoridad?  Destino de artista, nada más.









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