“Asombra y a menudo acojona, o por lo menos a mí me pasa, el modo en que la simpleza más frívola, la estupidez más elemental, querido Watson, triunfa en sociedad.  No se trata sólo de esta España nuestra, y eso tiene una doble lectura.  Creo.  Por un lado, mirando los periódicos, la tele o Internet, consuela comprobar que en todas partes cuecen habas y que la gilipollez no tiene fronteras.  Que igual de tonto puede ser un chino que uno de Murcia.  Sin embargo, por otra parte eso descorazona mucho, pues cada vez le deja a uno menos lugares posibles donde refugiarse cuando todo acabe por irse al carajo.

     (…)  Llevo un tiempo forzado por la perra vida a moverme en ambientes donde el porcentaje de tontos por metro cuadrado es superior a la media, y eso castiga mucho el hígado.  Lo que más me revienta es que yo mismo, por imperativos casi legales, me veo forzado a asumir las reglas de  estolidez ya establecidas, y no soporto la cara de imbécil  que veo si me miro en un espejo.  (…)” 

Arturo Pérez-Reverte, Imbéciles sin fronteras Sección Patente de Corso, La Nación Revista, domingo 6 de marzo de 2016 página 50.-

“…no es lo mismo arte que hartar
no es lo mismo ser justo que ¡qué justo te va!... (verás)
no es lo mismo tú que otra, entérate
no es lo mismo…”

Alejandro Sanz, No es lo mismo

    Así quedó mi Máscara con bonete, aunque tendré que ver de sostener la base con alguna laca  resistente porque sospecho que la humedad de Baires hará que en poco tiempo empecemos a ladearnos.

     ¿Se entiende lo que quiero decir?  “Reciclar”, el “arte con basura” y hasta la “intervención” no implica agarrar algo con valor intrínseco y amontonarlo (una calavera humana cubierta de diamantes, obviamente, será resplandeciente y valiosa).  Se trata de tomar algo sin valor y con el material básico de siempre –sin grandes inversiones- mutarlo a otra cosa.  El toque de Midas necesariamente implica trasformación de menos a más, nunca al revés.  ¿Me entendés?  No es lo mismo.