Crónicas
equinas -de domingo-.
Lo malo es
que no se sostiene. Si saco la silla con
las cajas que hacen de soporte extra bajo la cabeza, todo se cae en
picada. Tengo que ajustar el soporte
central, unificar el cuerpo, colocar un contrapeso. Demasiado complicado y requiere tiempo y
muchas capas de cartapesta, que se
tienen que secar antes de poder avanzar.
Por hoy más no se puede hacer.
Lo bueno
es que, frustrada por los problemas técnicos, me permití el consuelo de ir
dando algo de color a la montura. Y
siempre el colorinche me levanta el ánimo.
Como uso las primeras capas de acrílico para fijar e impermeabilizar el
papel de base, poco importa el color que use ya que una vez terminado el
conjunto defino las gamas y tonalidades cuando doy la mano final. Así que, pese a todo lo (mucho) que salió mal,
terminamos el fin de semana bastante bien.
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