BRINDIS (OSCURO)
(Alfredo)
Bebamos alegremente de este vaso/
resplandeciente de belleza/
y que la hora efímera/
se embriague de deleite./
Bebamos con el dulce estremecimiento/
que el amor despierta/
puesto que estos bellos ojos (indicando a Violeta)/
nos atraviesan el corazón./
Bebamos porque el vino/
avivará los besos del amor./
(Coro) Bebamos porque el vino/
avivará los besos del amor./
(Violeta, levantándose) Yo quiero compartir/
mi alegría con todos vosotros;/
todo en la vida es locura/
salvo el placer./
Alegrémonos/
el amor es rápido y fugitivo./
Es una flor que nace y muere/
y del cual no siempre se puede disfrutar./
Alegrémonos pues una voz encantadora,/
ferviente, nos invita./
(Coro) ¡Alegrémonos!. El vino y los cantos/
y las risas embellecen la noche;/
y que el nuevo día/
nos devolverá al paraíso./
(Violeta, a Alfredo) La vida solo es placer./
(Alfredo, a Violeta) Para aquellos que no conocen el amor./
(Violeta, a Alfredo) No hablemos de quien lo ignora./
(Alfredo, a Violeta) Es mi destino…/
(Coro) ¡Alegrémonos!. El vino y los cantos/
y las risas embellecen la noche;/
y que el nuevo día/ nos devolverá al paraíso./
Brindo con el diablo a su salud.
Como no sentirse un poco darkie cuando desde hace semanas todo pinta oscuro: sin luz, sin agua, con personas comunes, apolíticas, exhaustas, cortando por grupitos de a veintenas distintas esquinas de la Ciudad, reclamando sin respuesta por ese servicio (electricidad) que han pagado puntillosamente precisamente por miedo al corte, ¡al corte! Y las gomas y ramas quemadas por esos ciudadanos cansados y sudorosos que las encienden en pequeñas piras de expiación de una frustración agobiante que crece, y crece, y crece…
Y con un calor que no amaina (42 grados centígrados de sensación térmica hace un rato), y funcionarios públicos que parecen hacer un curso acelerado de perfeccionamiento en el modo de exasperar aún más a la población con su vergonzante dialéctica, pareciera que la oscuridad se espesara al ritmo de un tic-tac amenazante que augura un estallido a la brevedad.
Pero me había propuesto un ritual de celebración, un brindis diario hasta acabar el año; faltando tan poco no puedo claudicar. Y para contrarrestar la desesperación de la realidad acudí –el breve lapso que hubo servicio eléctrico en casa- a escuchar buena música.
Un compilado de Pavarotti me deleitó y me arrastró al olvido por un maravilloso rato. Acabó el compacto, justo, con el Brindisi de La Traviata. Ni que lo hubiera pedido. “¡Alegrémonos! El vino, los cantos y las risas embellecen la noche; que el nuevo día nos encuentre en este paraíso” (o algo así, que mi italiano es más que deplorable). Traducido al Baires del 30 de diciembre del 13: brindemos –por lo que sea, por el mero gusto de brindar o para sanear esta sed desesperante fruto de un calor recalcitrante- antes de que se derrita el último cubo de hielo que la heladera murió a causa de la baja tensión eléctrica. Que mañana nos encontrarán igual: sin luz, sin agua, con gente en las calles, avenidas cortadas y todos ardiendo en el infierno de la “década ganada”.
resplandeciente de belleza/
y que la hora efímera/
se embriague de deleite./
Bebamos con el dulce estremecimiento/
que el amor despierta/
puesto que estos bellos ojos (indicando a Violeta)/
nos atraviesan el corazón./
Bebamos porque el vino/
avivará los besos del amor./
(Coro) Bebamos porque el vino/
avivará los besos del amor./
(Violeta, levantándose) Yo quiero compartir/
mi alegría con todos vosotros;/
todo en la vida es locura/
salvo el placer./
Alegrémonos/
el amor es rápido y fugitivo./
Es una flor que nace y muere/
y del cual no siempre se puede disfrutar./
Alegrémonos pues una voz encantadora,/
ferviente, nos invita./
(Coro) ¡Alegrémonos!. El vino y los cantos/
y las risas embellecen la noche;/
y que el nuevo día/
nos devolverá al paraíso./
(Violeta, a Alfredo) La vida solo es placer./
(Alfredo, a Violeta) Para aquellos que no conocen el amor./
(Violeta, a Alfredo) No hablemos de quien lo ignora./
(Alfredo, a Violeta) Es mi destino…/
(Coro) ¡Alegrémonos!. El vino y los cantos/
y las risas embellecen la noche;/
y que el nuevo día/ nos devolverá al paraíso./
Por las dudas, porque no confío en la traducción del Wikipedia y porque, decididamente, en italiano suena mucho mejor:
(Alfredo)
Libiamo, libiamo ne'lieti calici/
che la bellezza infiora./
E la fuggevol, fuggevol ora/
s'inebrii a voluttà/
Libiam ne'dolci fremiti/
che suscita l'amore,/
poiché quell'occhio al core onnipotente va./
Libiamo, amore, amor fra i calici/
più caldi baci avrà./
(Coro)
Ah! Libiam, amor, fra' calici/
più caldi baci avrà./
(Violetta)
Tra voi, tra voi saprò dividere/
il tempo mio giocondo;/
Tutto è follia, follia nel mondo/
ciò che non è piacer/
Godiam, fugace e rápido/
è il gaudio dell'amore,/
è un fior che nasce e muore,/
ne più si può goder/
Godiamo, c'invita, c'invita un férvido/
accento lusinghier./
(Coro)
Godiamo, la tazza, la tazza e il cantico,/
la notte abbella e il riso;/
in questo, in questo paradiso ne scopra il nuovo dì./
(Violetta)
La vita è nel tripudio/
(Alfredo)
Quando non s'ami ancora/
(Violetta)
Nol dite a chi l'ignora,/
(Alfredo)
È il mio destin così.../
(Tutti)
Godiamo, la tazza, la tazza e il cantico,/
la notte abbella e il riso;/
in questo, in questo paradiso ne scopra il nuovo dì./
Giuseppe Verdi, La Traviata - Brindisi
Y tarareando a Sabina:
Allons enfants de la patrie,/
Maldito mayo de Paris,/
Vendí en Portobello los clavos de mi cruz,/
Brindé con el diablo a su salud./
Mi manera de comprometerme fue darme a la fuga…/
Joaquín Sabina, Viudita de clicquot del Álbum Vinagre y Rosas.
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