Aniversario
de papel.
Hoy se cumplen 3
años de la primera entrada de este blog.
Un blog que se inició con otros fines,
como un desafío que me disponía a perder sin pena, pero que viró con facilidad
a la versión virtual de mi diario personal y a una bitácora dinámica de mi
actividad y mis raras convicciones en esa quimera conocida como “el
arte”.
No tengo certeza alguna sobre si esta
rutina diaria de escribir un blog le interesa o le sirve a alguien más aparte
de mí. Pero como no aspira a más que eso
–al desahogo cotidiano, a la trinchera
literaria, a la duda y a la satisfacción de seguir en camino aunque no exista
ninguna meta- estos tres años se merecen el festejo privado y a él me
entrego.
Vale la pena hacer algo sólo por el gusto
de hacerlo; sin segundas intenciones, sin finalidad económica involucrada, sin
mayor recompensa que el goce de hacer lo que se nos viene en ganas. Jugar a jugar. Sin ninguna utilidad práctica y sin ninguna
moraleja. Sólo placer. ¿Acaso no es así también El Arte de verdad? Lejos del
utilitarismo y del sermón. Sólo
placer. Sólo arte.
Por si no se leen las capturas de
pantalla de la primera entrada que encabeza ésta, copio (de mi archivo en papel, ¿de dónde más?) el texto de esa entrada
iniciática.
Amablemente
me han "sugerido" que no me
"limite" a los desnudos,
porque estoy limitando seriamente los espacios donde poder exhibir. Amablemente
he sugerido que se paren frene a un puesto de diarios y revistas y comprueban
que los editores no limitan sus ventas por colocar señoritas desnudas en sus
tapas. Y ciertamente yo soy más sutil (afirmación
que me surge al estar parada frente al puesto diarios que hay en la terminal
del 37 contemplando una revistita de nombre "INCESTO").- Pero intento alternativas. Me pongo a pintar
objetos utilitarios, con esa lógica mercantilista de que pintar cosas útiles
puede ser una manera de acceder a un mercado menos exclusivo. O.K. Pinté una
bandeja. Tampoco me la miraron bien.
Hice una cajita (hace años que me dicen
que pinte cajitas para vender en una feria de artesanos, que al menos así voy a
vender algo). Una caja para habanos. Mi Caja Borgia. Lucrecia y su papá el Papa
Alejandro VI. También obtuve un "no" cuando quise mostrarla
junto a algunas otras de mis obras.
Sólo se trata de desnudos. ¿Cuál es el
problema? Nada que no hayan visto antes. Ciertamente, mi serie de desnudos de Plagiaria
son desnudos ya muy vistos.
Prisionera del catecismo,
Las
Américas y Resabio de Conquista fueron -como no- rechazadas nuevamente. Ellas y varias más. Supongo que hay
alguna razón para que los mismos lugares donde antes exponía hoy consideren que
mi trabajo ya no está a su altura.
Así que solo me queda intentar mostrar mi trabajo acá, porque las galerías de Buenos Aires no me consideran apta para el público.
Así que solo me queda intentar mostrar mi trabajo acá, porque las galerías de Buenos Aires no me consideran apta para el público.
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