Hoy
inició la muestra en La Bladousse, Armenia 2150, Palermo,
Ciudad de Buenos Aires, en sintonía con el primer Gallery Day tras catorce
años de tradicionales y noctámbulas Gallery Nights.
El
Portal se luce en la vidriera,
en una disposición que lo hace lucir mucho mejor que en sus anteriores cuelgas
(el efecto de reproducirse en el espejo ¡me encanta!; máscaras y espejos todo
muy borgeano).
Y al bajar las fotos que
tomé esta mañana a la computadora, noto que el pajarito del logo de Palermo Viejo ha quedado como parado -en
el reflejo- sobre una de las máscaras.
No sé si la directora del espacio, Patricia Aparicio Bravo, lo hizo a
propósito (si fue así, un detalle que corrobora su absoluta genialidad) o si ha sido uno
de esos amagues de buen humor del destino. Percatarme de esa casualidad ha
hecho que me pareciera aún más perfecto el conjunto.
Hice una
recorrida por parte del circuito más cercano a La Bladousse, y si bien la luz
diurna le resta la mística relajada de la noche, le agrega la chance de que los que no somos
de la zona descubramos muchos otros lugares del barrio. No sólo las galerías y espacios de arte y las
tiendas de diseño, sino también las librerías, teatros alternativos, panaderías y
pastelerías artesanales y mucho reducto personal y original de comidas. Vale la pena hacerse una escapada. La oferta cultural excede lo esperado y la posibilidad de concluir la visita con un almuerzo en una de las vereditas al sol (ciertamente,
el clima acompañó hoy con ganas) es puro, tranquilo y porteño placer.
Se que no
soy objetiva, adoro el lugar. Pero cómo
no sentir esta predilección que siento por esa parte de la Ciudad, si Borges me ha contado desde siempre que
en Palermo empezó Buenos Aires:
(…)
Lo
cierto es que mil hombres y otros mil arribaron
Por
un mar que tenía cinco lunas de anchura
Y
aun estaba poblado de sirenas y endriagos
Y
de piedras imanes que enloquecen la brújula.
Prendieron
unos ranchos trémulos en la costa,
Durmieron
extrañados. Dicen que en el Riachuelo,
pero
son embelecos fraguados en la Boca.
Fue
una manzana entera y en mi barrio: en Palermo.
Una
manzana entera pero en mitad del campo
Presenciada
de auroras y lluvias y sudestadas.
La
manzana pareja que persiste en mi barrio:
Guatemala,
Serrano, Paraguay, Gurruchaga.
(…)
A
mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:
La
juzgo tan eterna como el agua y el aire.
Jorge
Luis Borges, Fundación mítica de Buenos
Aires
Me encanto tu obra Gabriela!! La magia de la creación!
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