lunes, 25 de mayo de 2015




     Terminé la primera  de mis Bandejas Enmascaradas.  La bautizada oficialmente Uno.  Al final, la idea de que fueran medias máscaras naufragó completamente. Daba despojado, con una pata floja en el equilibrio de toda la obra. Igual, no estoy satisfecha; el asunto requiere más experimentación, más dimensiones. 




     Pero siempre es igual: los primeros intentos son pura intención, sólo la práctica disciplinada y terca permite el vuelo.  Veremos. 






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