sábado, 10 de mayo de 2014


El próximo viernes 16  en Arte y Vida, Remedios de Escalada 6750 Martin Coronado, será la apertura de la muestra en conjunto con Samuel Lasso, un joven y talentoso grabador colombiano que está en Buenos Aires haciendo su licenciatura en Artes Visuales en la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA).

Para mi es una doble aventura participar de este evento: por un lado, presentar mi trabajo de neta autodidacta conjuntamente con la obra de alguien de plena formación académica.  Y dejando de lado el hecho de la diferencia de edad (yo doblo la suya) cuando nos reunimos para coordinar lo que haríamos juntos tanto la afinidad estética entre nuestros trabajos como en la visión y vivencia del arte  era manifiesta.  ¿Será que cuando uno se toma las cosas en serio y pone auténtica pasión en lo que hace llegamos a ese punto donde converge el arte y el idioma se vuelve común?  Puede ser...

Y la otra aventura (la mayor) es la propuesta de los organizadores de Arte y Vida de que en el acto de apertura se elabore una obra conjunta, tanto entre los expositores como con los espectadores.  Obviamente yo y mi lánguida parsimonia  no me hace la más idónea para crear nada en público ni en media hora.  Por eso acordamos que yo dibujaría -con mis tiempos y en mi taller- un mapa para que se interviniera con grabados creados por Samuel y aplicados bajo su dirección por los asistentes al evento.  Crear así una obra que resuma la experiencia de vinculación plural de disciplinas y personas. 

Ya que, afortunadamente,  mi participación "en vivo" sería mínima en ese contexto, me avoqué los últimos días en el diseño del mapa base para la intervención múltiple.  Busqué cartografía americana tratando de encontrar alguna propicia para consignar los orígenes de los dos expositores: mi Río de la Plata  y el Pasto colombiano de Samuel.  


Al parecer ubiqué en coordenadas más o menos aproximadas a la Ciudad de Pasto


pero evidentemente me distraje en algún momento -vaya a uno a saber con qué-, y cuando fotografiaba anoche el diseño para enviárselo por mail a mi compañero de exhibición me percato de que escribí mal el nombre del mapa:  en vez de América escribí Amirica....


Si se hubiera tratado de un evento en el que la única involucrada fuese yo, anoche hubiera destrozado el diseño en un ataque de rabia.  ¿Cómo pude cometer semejante error estúpido?  Lo normal hubiera sido romper y empezar de nuevo.  Pero me quedé sin margen, me había comprometido a tenerlo listo para hoy de modo que Samuel tuviera tiempo de diseñar lo que se grabará encima.  Así que Amírica sobrevivió a mi indignación  y a mi torpeza, y ya está lo suficientemente lejos de mis manos como para que me arrepienta y quiera enmendar el error.


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