miércoles, 4 de marzo de 2015

     


     Es inevitable: encuentro otra entrevista a Luis Racionero, vuelvo a sentirme completamente identificada (reivindicada en mis íntimas convicciones) y otra vez transcribo aquí una pieza exquisita de simple, clara y pura realidad:




El Cultural, miércoles 4 de marzo de 2015.



Para mi relicario personal, que se tornarán en  mantra en las horas oscuras, van las frases:

 

 “…Una de las columnas fundamentales de esta enorme maniobra de propaganda que es el arte contemporáneo consiste en hacer creer a quienes no lo entienden o no se emocionan con él que son una panda de ignorantes. Se les culpabiliza y así se callan...”

“Si la obra te emociona, te conmueve, te vitaliza o te sobrecoge, es arte; si no, no lo es”. 

“La intromisión del mercado en el arte ha abocado a la subasta de tiburones en formol -y otros animalitos- por un cínico codicioso que ha logrado hacerse pasar por artista gracias a los capitales invertidos en él por un publicista llamado Saatchi.”





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