jueves, 16 de abril de 2015

 
 
     Desde hace tiempo una buena amiga me viene pidiendo que le facilite la descarga de algunas de las entradas de este blog.  Honestamente, no le hice demasiado caso porque me parecía (en mi ignorancia tecnológica) que lo que me pedía era innecesario: si está publicado y circula libre por la web, puede copiarlo sin ningún tipo de problema y en cualquier momento.
    Ella se ha tomado la molestia de explicarme –con su santa paciencia- que no es tan sencillo, que para imprimir el material y  poder utilizarlo en una charla o discusión (ella trabaja con chicos en edad escolar, en talleres de plástica y expresión creativa) necesita que le permita descargar en forma rápida y sencilla los textos.  Fantástico, pero durante mucho tiempo seguí sin entender que me estaba pidiendo que hiciera. 
     Finalmente, otra amistad ha venido  en su auxilio y en mi educación, y me ha traducido de modo muy simple lo que se me estaba pidiendo: subir sólo el texto a un sitio gratuito de la web desde donde pueda descargarse sin costo y de modo fácil para su copia e impresión.  Eso es lo que se supone que hice con las cuatro entradas que constituyeron la Trilogía Estúpida (material de octubre del año 2014).  No sé si lo hice bien, no sé si servirá lo que efectivamente he hecho (que tampoco tengo muy en claro qué es).  Seguí detalladamente un instructivo que me enviaron por mail pero sin entenderlo del todo.  Se supone que con un click sobre el enlace que sigue se llega al texto completo de TRILOGÍA ESTUPIDA:
    Si lo hice bien (a más del aplauso) merezco que me avisen.  Si algo me hace sentir sumamente estúpida a mí son mis intentos infructuosos de entender la tecnología y usarla con eficacia. Soy definitivamente una mujer del siglo pasado.  
 
 
 
 
 

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