Las
Damas de Lorena
Por lo
general, por cada obra que termino y firmo (o
firmaba, porque ya no lo hago más)
quedan dos o tres por la mitad, inconclusas, olvidadas. Gran parte de mi problema de espacio en mi
taller se debe a la cantidad de cosas a medio hacer que perdieron mi interés y van
quedando dando vueltas por ahí.
En algún momento y por culpa de este blog (en
mi afán de no repetir constantemente las mismas imágenes y comprometida a que
en su mayoría fueran obras de mi autoría), fotografíe algunos trabajos inacabados
y los subí aquí.
Sucedió que a la amiga de una amiga le gustó sobremanera una
de esas obras abandonadas, al punto de subir su imagen como protector de pantalla
en su celular. En la cena de cumpleaños
de nuestra amiga común me mostró su teléfono
y me reiteró en persona su afición por esa obra. Le expliqué que era un trabajo sin terminar,
que era parte de un díptico que nunca se concretó, que la idea de la obra en
conjunto no era particularmente “atractivo”. Pero ella insistió en que le encantaba la
imagen y que quería verla cada día y a cada momento que acudía a su teléfono.
Lo que pudo
ser una conversación amable en un encuentro social se convirtió para mi en un trascendente tema de análisis. La obra
era medianamente interesante, pero la abandoné probablemente porque la idea que
buscaba no se llegaba a concretar. ¿Qué quería
decir por esos tiempos? Damas
medias, medias máscaras.
Dualidad, tiempo partido, el ser y no ser. La sospecha de que nada tiene una sola
lectura. La figura femenina como símbolo
de la realidad, múltiple e interpretable.
Pero ahora
me había atrapado la necesidad de decir otra cosa: tenía que concluirla respetando el mandato tácito de
esa persona que la admiraba; tenía que completar la imagen con la belleza
plástica suficiente para complacer a su fiel espectadora cada vez que acudiera
a su teléfono celular.
Y me
dispuse –en contra de mi costumbre- a terminarla. Y lo hice.
Pero ya no
se trata ni de damas medias ni de máscaras partidas. Es Las
Damas de Lorena y a esta amiga de mi amiga va dedicada. Y sólo pretende significar mi gratitud por
su disfrute manifiesto de mi trabajo, con el único objetivo de dar a esa
espectadora en particular una imagen bella que satisfaga su necesidad estética en el trajín de la vida cotidiana.
Espero que
concluida (pequeños detalles de cierre que no han modificado mucho pero que me
hacen sentirla completa) te guste tanto como antes. Y, por cierto, ¡gracias Lorena! por tu generosa apreciación de mi trabajo y tu gentileza de hacérmelo saber. Es un reconfortante aliento y una razón de valor para
seguir dejando mi tiempo en esta tontería banal del arte.
Cada día me siento mas identificada con las Damas medias, medias máscaras.
ResponderEliminarEternamente agradecida!!!
Cada día me siento mas identificada con las Damas medias, medias máscaras.
ResponderEliminarEternamente agradecida!!!