Pausa
(pseudo) infantil.
Crecí viendo por TV Plaza
Sésamo (cuando era un producto típicamente mexicano) y el Show
de los Muppets (cuando eran un producto inglés). Pasaron los –muchos- años, las dos pandillas de títeres se mudaron a los Estados Unidos, a la Rana
René la llamaron Kermit y pude ver (es vergonzoso,
pero ha sido varias veces) su espectáculo 3D en los parques de Disney y cantar a coro con las Gallinas en cines de Buenos Aires durante la proyección de sus dos últimas películas.
Y ayer,
cuando alguien que no nombro y no soporto, me daba el habitual discurso sobre
las conveniencias de tener un Community
Manager para posicionarme en los medios sociales, y me citaba ejemplos
saltando en Twitter de comentarios promocionados a comentarios con entidad de
hashtag (sea lo que sea eso), vi la imagen de uno de mis amados Muppets
en el MOMA y desde ese
momento nada más me importó que recuperar esa imagen.
Las
imágenes son varias, del entrañable Cookie Monster recorriendo los
museos neoyorkinos. Hubiera vendido lo
que me queda sin vender del alma por haber coincidido con él en septiembre
pasado cuando recorrí por primera vez esos museos. Pero me conformo con guardarme estas imágenes -que hurto de la web- con el recuerdo de mi propia visita, con la esperanza de
que, en el transcurrir del tiempo que todo borronea y confunde, ambas visitas se
mezclen y en alguna dimensión perdida los dos disfrutemos de Van Gogh juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario