jueves, 24 de abril de 2014

     Ayer a la tarde inauguró Mirá Festival de Arte.  Como era previsible, había mucha gente (eso que yo llegué temprano, diez minutos después de la convocatoria) lo que me impidió una recorrida contemplativa con el espacio y lentitud que acostumbro.  Tardé en encontrar la sala donde estaba mi obra (Sala 5), que resultó la lindera a la sala donde se hizo la apertura oficial con los discursos de estilo del Director del Centro Cultural Recoleta, el curador y los medios organizadores (Sala 4).

     Al final sólo colgaron una obra de las dos que originariamente se pactó.  Mientras que en el catálogo oficial (bonito, bien impreso) aparece Portulano la obra que físicamente se exhibe es 1592.



 

 
 
 
     El Recoleta estaba muy lindo.  Muy mejorado desde mi última visita (donde lo encontré mal mantenido y desaseado), anoche lucía resplandeciente en su pintura blanca y muy bien iluminado.  La cuelga era prolija, conservadora, con los "nombres" en los pasillos de acceso - como anunciando el "nivel" de la muestra- y en las salas internas los artistas no tan  conocidos  y los emergentes.  

     En mi entorpecido recorrido (que asumo puede que mi mal humor por el exceso de gente condicionara mi apreciación) vi mucha obra que -según mi MUY DISCUTIBLE OPINIÓN- era bastante mala. Alguna en particular juzgué debió ser vedada, no por censura sino por falta de calidad.  Pero insisto: el exceso de gente no permitía la debida observación, y mi juicio es el de mero espectador no academicamente calificado. Si hasta la obra de los "consagrados" me pareció pobre, de circunstancia (el dios de las blasfemias me perdone: típica obra de la máquina de hacer chorizos...).  

 
     Aunque reconozco que lo que más me molestó del evento fue notar en manos de los múltiples visitantes copas de plástico de diferente hechura.  Copitas flautas de champaña, copas de pie bajo de vino blanco y copas bajas barrigonas típicas del tinto.  Pero todas llenas de la misma bebida traslúcida.  ¿Era tan complejo unificar el diseño de las copitas, comprar un sólo modelo?  Esos detalles (pueriles, ya sé, intrascendentes y que probablemente sólo yo note y valore) a mi me irritan.  Siento que le disminuyen nivel de todo el montaje.  Podría buscarse la perfección armónica en la unidad (no debe ser ni caro ni difícil, esas copitas plásticas suelen tener similar valor).  Pero no.  Y ese detalle me justificó la huida apenas una hora después de mi llegada.


 


































 

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