Ayer tuve una magnífica
excusa para pasar un buen rato revolviendo entre mis libros: buscar imágenes
y textos para el proyecto en el que voy a participar el próximo 16 de mayo, una
muestra interdisciplinaria en la Asociación
Cultural Arte y Vida (visualesayv.tumblr.com
/ info@acarteyvida.com.ar), de Martin Coronado. Tres obras mías (dos de la serie de Alicia
y una de Plagiaria) compartirán espacio con las de un joven grabador
colombiano, música en vivo, algún desarrollo literario y una performance
plástica (una obra a realizar en el momento del evento) en la que intervendrán
los concurrentes.
El proyecto es por demás interesante, tal como lo cuentan los
integrantes de la Subcomisión de Artes
Visuales en su mensaje de Apertura 2014: “…Organizamos muestras todos los
meses, en las que participan artistas que se cruzan con otros artistas y a los
que les pedimos que se animen a compartir parte del trabajo.
A su vez, las muestras inician con una
apertura. En estos eventos se producen
cruces con música, danza y teatro. Todo
para que podamos entender y disfrutar de ese tejido de sentidos y sensaciones
que se da cuando los lenguajes se encuentran.
Previamente, cada muestra lleva un gran
trabajo conceptual colectivo entre la Subcomisión y los artistas participantes. Así, conociendo más sobre el trabajo del
expositor, generamos hilos conductores que completan la experiencia frente a la
obra. Este trabajo conceptual,
finalmente, se completa con el montaje de las obras, textos y gráfica en el
hall de la Institución.”
Uno de los libros en los que me detuve fue el de Los
Libros de Alicia, la compilación de los textos de Lewis Carroll hecha por Ediciones
de La Flor con ilustraciones maravillosas de Hermenegildo Sábat. Dado lo
charlado el sábado anterior en la primera reunión que tuve con los integrantes
de la Subcomisión de Visuales de Arte y
Vida y con Samuel (el grabador
con el que trabajaremos en conjunto), buscaba un texto vinculado a la
cartografía.
Recuperé la lectura La
Caza del Snark, que llevaba
añares sin leer. Y cuando rememoré la
idea de un mapa “en blanco” creí entender (¡finalmente!) el “criterio” que
aplican nuestros actuales gobernantes.
“Al Campanero todos lo
ponían por las nubes:
¡Qué presencia, qué desenvoltura, qué gracia!
¡Qué solemnidad, también! ¡Se veía que era sabio
Apenas se le miraba a la cara!
Había comprado un gran mapa que representaba el mar
Sin el menor vestigio de tierra,
Y la tripulación se alegró mucho al ver que se trataba
De un mapa que todos podían entender.
“¿De qué sirven Mercator, sus Polos Norte y Ecuadores,
Sus Trópicos, sus Zonas y Líneas Meridianas?”,
Gritaba el Campanero, y la tripulación respondía:
“¡No son otras cosas que signos convencionales!”
“¿Quién entiende esos mapas llenos de islas y cabos?
¡Tenemos que agradecerle a nuestro valiente Capitán”
(decían los tripulantes) “que nos haya comprado el mejor:
Uno perfecta y absolutamente blanco!”
Lewis Carroll, La Caza del Snark, Los
Libros de Alicia, Ediciones de la Flor,
Buenos Aires 1998, pág. 246.
L os versos “¡Qué presencia, qué desenvoltura, qué
gracia!/ ¡Qué solemnidad, también! ¡Se veía que era sabio/ Apenas se le miraba
a la cara!”, apenas releerlos, hicieron que enseguida me viniera a la cabeza nuestro
celebérrimo ministro de economía, "el" Axel Kicillof. Sin
índices reales de pobreza "por que no se la puede medir por los empalmes"; sin inflación por los precios “cuidados”; sin crisis de
reservas ni "divergencias" en los valores del dólar, sin "cepo" ni traba "alguna" para la compra de divisas por cualquier cristiano que quiera hacerlo; sin "sensación" de inseguridad, miseria y recesión.... Todo en blanco. El mapa perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario