Suele decirse que la realidad no tiene que ser “creíble” porque no lo necesita: ES y basta.   Y para nosotros, los sudamericanos, el “realismo mágico” es escenografía y código cotidianos por lo que perdemos los reflejos para identificar lo poco común.  Pero lo intento y me explico. 

  


     Hoy temprano, chequeando los mails al tiempo que bebo de pie mi primer café del día, entre grito y grito cual sargento de caballería que profiero a fin de que diez minutos antes de las ocho todo y todos estén a cargo de sus respectivas asignaturas, veo la confirmación de que mis chicas de la Silk Road arribaron a Gerona.  Ese hecho (honestamente: sorprendente) me resultó en ese momento de una lógica concluyente: a fines de la semana pasada desde Córdoba, Andalucía, me informaron que había llegado el dinero que enviara para el despacho postal Córdoba-Gerona y se acababa de hacer el envío;  48 horas hábiles después el bulto llegaba a manos de su destinatario.  ¿Por qué no sería así?  


     Mis chicas de la Silk Road siguen su peregrinar español mientras yo contemplo sus andares desde el otro lado del Atlántico.  Simple y fácil.  ¿Cómo puede ser “simple y fácil”?  Porque tiene que ser.  Porque a veces las cosas se dan y lo imposible es moneda corriente.  Magia y fe. 

     La verdad detrás de todo ha sido la buena voluntad de un montón de personas que no conozco pero que he tenido el privilegio de contactar a través del insondable misterio de la web y que me han ayudado generosa y desinteresadamente.

     No conozco personalmente a Daniel Arenas Rodriguez (FD Studio Publicidad Producción c/Arguiñán 2, 1º +34 957 486328), quien coordina y dirige la Sala Aires de la Asociación Cultural Aires de Córdoba – CIALEC (www.airesdecordoba.com) , quién con una paciencia de santo me posibilitó la participación en la muestra “Arte para 4” en el pasado febrero/marzo. recibiendo los envíos parciales y fragmentados de los costos  de la muestra, de las obras y de sus soportes, que viajaron en tandas, por separado, que él amablemente recibió, compiló y armó por mí. Quién al descuelgue y ante mi consulta accedió al embalaje de la obra para su remisión a Cataluña. No había razón para que se tomara semejantes molestia por mí, una persona perdida en el otro lado del planeta a quién no conoce. Pero con una gentileza y una buena voluntad infinita se prestó a colaborar conmigo para que pudiera mostrar mi obra en España.  ¡Eternas gracias, Daniel!

     No conozco personalmente al magnífico artista plástico Pictor Mulier, alma mater de OnlyEroticArt (www.onlyeroticart.com), quién sabiendo de la estancia de mis obras en Andalucía me pasó la data del Espacio de Arte de Exus Natur, proporcionándome nombre y mail de la persona a cargo para contactar.  Pictor me posibilitó el seguir exhibiendo mi trabajo en Europa, en un despliegue de exquisita cortesía de su parte que jamás podré agradecer suficientemente.  ¡Mil gracias Pictor Mulier!

     No conozco personalmente a Eva, la persona a cargo del Espacio de Arte del Hotel Exus Natur de Gerona (www.exusnatur.com), quién ha coordinado conmigo la recepción de las obras de la Silk Road y dispondrá físicamente su exhibición.  Pero Eva, via mail, me ha informado de todo, recepcionó las obras y hasta se tomó la molestia de fotografiar lo recibido y remitirme las imágenes para mi tranquilidad.  Más y más encantadora buena voluntad y absoluta cortesía que no sé cómo agradecer. Nuevamente sólo puedo decir ¡Gracias Eva por todas las molestias que te tomas por mí y en beneficio de mi trabajo artístico!  Gracias por todo.

      Dice Borges en El Libro de los Seres Imaginarios:

  “Hay en la tierra, y hubo siempre, treinta y seis hombres rectos cuya misión es justificar el mundo ante Dios.  Son los Lamed Wufniks. (…) Constituyen, sin sospecharlo, los secretos pilares del universo.  Si no fuera por ellos, Dios aniquilaría al género humano.  Son nuestros salvadores y no lo saben. (…)”

Jorge Luis Borges, Los Lamed Wufniks, El Libro de los Seres Imaginarios, Bruguera Alfaguara, Barcelona 1979  pag.146.

     Tengo el privilegio de conocer (aunque sólo sea en el ciberespacio) a tres personas de buena voluntad que constituyen los pilares secretos de mi universo.  Quedo obligada (porque así debe ser) a retribuir los favores recibidos a quienes me los dispensaron y a cualquier otra persona que no conozca y que me necesite, a fin de mantener esta virtuosa cadena de favores de la que me ha tocado favorecerme en esta oportunidad. 

     De vuelta:  ¡MUCHAS GRACIAS!