sábado, 12 de abril de 2014




Diario La Nación del 12 de abril de 2014, Suplemento Sábado, pág. 5: “Hombre, mujer o… intersexo: ¿Qué sos en Facebook?  Aimee Lee Ball The New York Times (…) Facebook acaba de anunciar que ofrecerá a sus usuarios 50 opciones de identificación de género.  En la categoría que figura dentro de Información Básica, el desplegable ahora incluye opciones personalizadas y no binarias, como intersexo, neutro, andrógino, sin género, género dudoso, género fluido, variante de género, queer o ninguno.  (…) Hasta ahora, las nuevas etiquetas sólo están disponibles en inglés para los usuarios de Facebook en Estados Unidos: llevará tiempo desentrañar la traducción de pangénero al japonés o al finlandés.  “Lamentablemente, en muchos idiomas no existe la manera de referirse a un ser humano sin incluir su género –plantea Alex Schultz, vicepresidente de crecimiento de Facebook, punta de lanza de este emprendimiento-.  Pero lo que nosotros queremos es darle a la gente opciones para expresar quiénes son realmente, para permitirles ser quienes auténticamente son.”


Ahora bien, digo yo, ¿por qué aceptar que cualquier formulario incluya un casillero donde debamos identificarnos por sexo?  ¿No es como incluir el del “color del pelo” o “ritual de cepillado de dientes”?  ¿Qué cambia ser mujer, hombre o híbrido?  ¿No se supone igualdad de derechos aun seamos rubios, narigones o sexualmente amplios?  Suelen tildarme de ridícula cuando sostengo que el documento de identidad argentino no tiene que registrar sexo, sólo nombre, fecha de nacimiento y número de identificación como ciudadano del país.  No se incluye religión, ni altura ni peso, ¿por qué género?  Propongo (y aplico) que cuando en cualquier formulario a llenar pidan identificar sexo completar: ¿Qué te importa?

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