viernes, 4 de abril de 2014

¡Y después se ríen de mí cuando adhiero con inquebrantable fe a la teoría del timing!  Hoy temprano, movida por un auténtico sentimiento de culpa, llevé a Portulano y a 1592 a enmarcar. Al mediodía, cumplida mi responsabilidad de tener las obras listas para la cuelga, me dí el permiso de un break en la web, y descubro que ya se subió al sitio de Mirá Festival de Arte la invitación oficial a la inauguración del evento.




¡Eso es timing!  Si hubiera visto la invitación con las obras en casa y sin enmarcar habría entrado en pánico y desesperación. Pero no.  Timing - timing -timing.  Y poco menos de una hora después, al pasar por casa, encuentro en el contestador el mensaje de la imprenta de que las postales que mandé hacer para este evento ya estaban listas, que podía pasar hoy mismo a buscarlas.  Ver para creer: timing - timing -timing.




Pese a que yo pasé por la gráfica a aprobar el diseño antes de la impresión, recién ahora me percato del error en la fecha del Festival (se comieron "del 24").  Pero no se puede pretender tanto. ¡Al menos esta vez las terminaron antes de la inauguración!  Con eso estoy más que satisfecha.




Hablando en serio, el timing es el instinto, ese "saber" hijo directo de la experiencia, ese talento innato de las mujeres de organizar mentalmente nuestras acciones sin saber que las estamos organizando, el ir pensando varias cosas a la vez mientras hacemos otras tantas a un tiempo.  El ritmo y el sentido de la oportunidad incorporados como actos reflejos. Timing - timing - timing.

No hay comentarios:

Publicar un comentario