viernes, 4 de julio de 2014



  Una amiga (debo reconocer que tentadísima de risa) me llama y me dice que me mandó por mail una dirección web que –según ella- me iba a interesar:  http://es.mashpedia.com/Biblioteca_Nacional_de_Taiw%C3%A1n?pagetype=topic&tab=1&startvid=39&pagecode=&xn=1&autoplay=1.  Entre carcajadas contenidas me indicó que remitía a la Biblioteca Nacional de Taiwán,  que no dejará de ingresar; que después le contara…
  Debí sospechar de sus buenas intenciones ya que habitualmente soy objeto y causa de su diversión, afectuosa pero maliciosa.  No fue hasta última hora de ayer que me hice de un rato para indagar la data que me había pasado.  Lo hice seducida por la referencia a una biblioteca, sucumbí al canto de sirenas literarias.  Debí, ciertamente, haber sospechado.


  El sitio Mashpedia (es.mashpedia.com)  es una video-enciclopedia, y agrupa videos por temas.  Cuando en su buscador uno coloca Biblioteca Nacional de Taiwán aparecen en pantalla los 50 videos más relevantes de esa temática.  Los tres primeros refieren a la presentación de un grupo folklórico en la Biblioteca Nacional de Taiwán. Después sigue uno sobre una calle de Taiwán, después varios de un pianista y siguen los que de un modo u otro vinculan con ese país oriental.  Hasta llegar al nro. 39, donde aparezco yo.  

   El video de difusión de mi obra hecho por OnlyEroticArt es el video nro. 39 de la referencia “Biblioteca Nacional de Taiwán”.  ¿Por qué?  ¡Qué sé yo!  Cómo se vincula mi obra, el sitio de arte erótico originario de Sevilla, España OnlyEroticArt (www.onlyeroticart.com) y la Biblioteca Nacional de Taiwán  es algo que me excede.  Impresionante y misterioso.  Por estos lados hace tiempo se diría, evocando a Martin Fierro,son cosas de Mandinga…”.  Hoy decimos con convicción no exenta de resignación: “son cosas de la Internet…”.


                                    https://www.youtube.com/watch?v=qI_9QEghGPs


  Llamé a amiga y le pregunté cómo había llegado a mi video, y tras escucharla reírse y balbucear  durante quince minutos logré traducir su respuesta: estaba buscando la dirección de un supermercado chino donde trabajaba uno de sus clientes a fin de enviar un telegrama laboral por negativa de tareas.    En el revoltijo de Google apareció mi nombre y no resistió la curiosidad de ver de qué se trataba.  Le corté cuando auguró que en cualquier momento encontraba en una góndola del super chino del barrio alguna de mis obras…


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