Como a cualquier persona más o menos normal, no me gusta cumplir años. Evito, en consecuencia, frecuentar en este día a quienes recuerden mi fecha de nacimiento. Pero, como a traición, al encender la notebook y entrar a mi página de inicio en la web, Google se me aparece con forma de torta y velitas.
Creí que era una poca graciosa coincidencia, por lo que puse el cursor encima de la festiva imagen a ver de qué se trataba. Con todo descaro, el buscador me saludaba "¡Feliz Cumpleaños Gabriela!".
Esto es muy raro. Es apenas empezado el 5 de septiembre, no llega aun a la una y media de la madrugada, y mi computadora me está felicitando. Es evidente que hemos llegado a una intimidad absurda. Creo que mejor me voy a dormir.
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