miércoles, 3 de septiembre de 2014

























  Reconciliación total, plena y sin rencores.  Que me importa el acelere colectivo, el exceso de gente y de ruido, la increible cantidad   de personas que no se miran al espejo antes de salir a la vía pública, ese olor en las esquinas en  adyacencia a los tachos de basura...  Hoy pude pasarme más de cinco horas en el Metropolitan Museum of Art.  Para mí, ya está.  Las incómodas horas de vuelo en clase turista, los tobillos hinchados y mi actual estado de quiebra financiera están sobradamente compensados.

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