miércoles, 10 de junio de 2015

     Sobre la génesis de la #6



     Hace tiempo, un converso talibán a la fe de la psicología intentaba explicarme las distintas clases de alucinaciones que existen y la preclara significancia de cada una de ellas.  Entonces, igual que ahora, me pareció un argumento poco sólido.  Lo que él en esa oportunidad llamó alucinación deformativa es ni más ni menos lo que llamo cotidianamente  visualización creativa

     Yo andaba dando vueltas, buscando en los rincones de acumulación de trastos inútiles de mi taller con qué componer la máscara de la Bandeja #6 –la que quiero elevar por encima de la base- y cuando vi las maracas de cotillón del último carnaval carioca donde me abstuve de participar, vi (literalmente, vi) la base óptima para aproximarme a mis intenciones.





     ¿Es un síntoma psiquiátrico?  Sostengo que no, si no pudiera ver las cosas por anticipado no sabría que en ellas está el germen esencial del resultado final al que aspiro.  Uno ve, proyecta, acomoda en una imagen mental y calcula cuanto de eso que idealiza podrá concretarse.  Y avanza.  Insisto, no alucino; en mi planeta ese modo raro de ver las cosas se llama imaginación (excesiva).     





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