Gracias a un programa de captura de pantallas que me
enseñaron a usar hace un par de días, pude finalmente hacerme para mi archivo de
la reseña de la muestra en Córdoba,
España de mis chicas de la Silk Road en febrero último.
Conservo en unos ya viejos biblioratos
recortes de todas las reseñas de mis muestras.
Ahora la mayoría de las publicaciones que cubren la actividad cultural
son digitales, pero hace unos años (literalmente en el siglo pasado, cuando yo
empecé con esto), las gacetillas sobre papel era la primitiva costumbre y uno
solía recortar y guardar.
Una de las primeras publicaciones que
difundió con generosidad mi trabajo fue El Diario del Viajero. Tras haber exhibido en su sala de
exposiciones (Galería de Arte del Centro
de Comunicaciones CID, Avenida de Mayo 666 CABA) en Junio de 1994, con
posterioridad publicitaron mi actividad cada vez que les hice llegar la
gacetilla de prensa correspondiente.
Cuando
expuse en Resistencia, Chaco, en el
año en el año 1996, incluyeron en varios ejemplares la data del evento, en un
apoyo desinteresado y auspicioso que hizo que, apenas regresar del norte, les
escribiera agradeciéndoles. Mi intención
era hacerles notar lo importante y alentador que resultaba para una artista
joven y sin respaldo de galerías o sponsors el apoyo desinteresado que venían
brindándome.
Después
siguieron esos años en los que no expuse en Baires y perdí el contacto y la habitualidad de hacerles llegar
noticias de mi trabajo. Luego, la vorágine digital se comió la tradición del
papel.
Entiendo que aun cualquier artista emergente
puede acercarse a las oficinas de Av. de
Mayo 666 y postularse para acceder a exhibir en su Galería de Arte. Intuyo que toda la generosidad de antaño
sigue derramándose con ese cordial aliento a todo lo que sea apostar por la
cultura y la creatividad.
Si leen esto (por la magia de la web), que
les llegue mi más profundo cariño y eterno agradecimiento a todo los que
hicieron y hacen el Diario del Viajero.
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