“No hay nada, se ha dicho, que un humor
inteligente no pueda resolver en carcajada, ni siquiera la nada… la risa, como una de las más fastuosas
prodigalidades del hombre, y hasta los límites del desenfreno, está al borde de
la nada, nos la ofrece como garantía” dice Pierre Piobb en Les Mystéres des Dieux y lo cita Andre Breton en su Antología
del Humor Negro, uno de mis libros favorito que está en mi biblioteca
aunque técnicamente no es mío (los libros no se prestan, aviso a
quién me ofrece uno transitoriamente; es un hecho que no los devuelvo).
Sigue Breton en su prólogo de 1939: “Sería
el momento, dice Freud, de familiarizarnos con ciertas características del
humor. El humor no sólo tiene algo de
liberador, análogo en ello al ingenio y a la comicidad, sino también algo de
sublime y elevado… (…) Lo sublime tiende evidentemente al triunfo del
narcisismo, a la invulnerabilidad del yo que se afirma victoriosamente. El yo que se rehúsa admitir que los
traumatismos del mundo exterior puedan afectarle; y aún más, finge, incluso,
que pueden convertirse para él en fuente de placer... (…) El
humor negro tiene demasiadas fronteras: la tontería, la ironía escéptica, la
broma sin gravedad… (la enumeración sería larga), pero sobre todo es el enemigo
mortal del sentimentalismo con aire perpetuamente acorralado –el eterno
sentimentalismo sobre fondo azul- y de una cierta fantasía de corto vuelo, que
se toma demasiado a menudo por poesía…”
André
Bretón, Antología del Humor Negro, Editorial
Anagrama, Barcelona 1966 pág. 9/13.
Pese a
disentir con Breton respecto al color del sentimentalismo (es rosa, en tonos
pastel, no azul), adhiero plenamente a su criterio de que el humor nos permite
colocar las cosas en su lugar.
Transcribo
don artículos que circulan en la web de dos portales de (falsas) noticias, a
los que acudo cada vez que la realidad real me resulta asfixiante. Lloro de la
risa y recupero mi fe en el ser humano, ya que mientras podamos reírnos todavía
tenemos posibilidades de deshacernos de la estupidez y avanzar. El humor pone las cosas en su justa
perspectiva.
Se cuela un vagabundo en Arco y un coleccionista lo adquiere por
150.000 euros
LO CONFUNDEN CON UNA PIEZA DE ARTE
Publicado por Kike García el 18 de febrero, 2013
“Técnica
mixta sobre cartón: Hombre maloliente, orín y vino”. Esta es la descripción que
figura en el Certificado de Obra que convierte en oficial la adquisición de
Germán González por parte de un coleccionista privado de arte.
Germán
González, un español de 53 años, lleva desde 2002 viviendo en la calle y el
pasado viernes por la noche logró introducirse en el recinto ferial de IFEMA,
donde se estaba celebrando la edición 2013 de Arco, la feria de arte
contemporáneo. Por la mañana, mientras aún permanecía dormido, un coleccionista
ofreció 150.000 euros por él pensando que se trataba de una obra de arte más.
Germán, consciente de su nuevo rol como pieza artística, no ha intentado
deshacer el entuerto. Muy al contrario, se muestra encantado con la situación.
“Me
han dicho que me van a ir llevando a inauguraciones donde se suele comer gratis
y hay vino barato. Lo cierto es que llevo pocas horas rodeado de artistas y veo
que están más muertos de hambre que yo, aunque diría que huelen peor”, ha
declarado Germán, quien ayer mordió a dos críticos de arte que se atrevieron a
decir que era “bello”.
“La
semana que viene me voy cedido a una exposición temporal a Nueva York, y se ve
que me conviene para ir apareciendo en catálogos e ir revalorizándome. Además,
me hace ilusión porque es la capital mundial tanto del arte como de la
mendicidad. Los mejores mendigos han pasado por Nueva York y eso da mucho
currículum”, explica Germán a la prensa.
La
crítica, por su parte, también ha erigido a Germán como la pieza más rompedora
de Arco. Los expertos coinciden en que ejemplifica como ninguna otra creación
“una búsqueda consciente y ardua de todo aquello que es feo y poco artístico
pero que sin embargo representa el futuro del 99% de los artistas de esta
generación, que acabarán durmiendo en la calle como él, convirtiéndose a la vez
en sujeto y objeto artístico”.
El
incidente de Germán ha ocurrido solo dos días después de que una mujer de 50
años visitara Arco con la intención de conseguir bolígrafos gratis y un crítico
la tomara por una “performer”, elogiando su “capacidad de seducción al poner en
entredicho la actividad artística como mercancía”. Ella, sin embargo, respondió
a las palabras con bolsazos.
Ser curador de arte contemporáneo será
considerado fraude en Estados Unidos
Miles de “artistas” tendrán un plazo de un mes
para cambiar de giro
EUA.-
El trabajo de un curador de arte contemporáneo consiste en convencerse a
sí mismo, y luego convencer a otros, de que una caja de zapatos vieja, una
plasta de pintura, o una carretilla llena de palomitas, pueden ser arte.
Es
por esto que desde que se confesó que el “Arte contemporáneo” solo fue una excusa
para hacer sentir bien a artistas sin talento, las autoridades
de los Estados Unidos han emprendido una lucha para erradicar esta “cultura”.
¿Cuántas
veces nos hemos indignado del precio de algunas obras de arte contemporáneo,
especialmente porque pensamos que nuestra sobrina de dos años pudo haberlas
hecho? ¿Cuántas veces hemos intentado encontrarle sentido a obras
consideradas arte, al grado de estar expuestas en un museo, y por más que lo
intentamos no se lo encontramos?
¿Quién
de nosotros no tiene un amigo hipster con ínfulas de
pseudo-artista-trendy-pandro-intelectualoide-wannabe, que haciéndose el
interesante intenta explicarnos por qué ese cuadro es arte, cuando en realidad
sabemos que no sabe un carajo?
Pues
el FBI en Estados Unidos ha puesto fin a esta farsa de tantos años, y ha
declarado que la profesión “curador de arte contemporáneo”, será considerada
criminal, al nivel de un narcotraficante o un político corrupto.
Jay
Benítez, alto comisionado del FBI mencionó lo siguiente: “Es
como si estando en el baño soltara dos gases, y decidiera encapsular el
primero y venderlo en millones de dólares, aunque fuera completamente
igual en olor e intensidad que el segundo”.
“El
criterio que utilizan para decidir qué es arte y qué no, es ridículo. Es
inmoral que ganen dinero por eso. Los narcotraficantes al menos trabajan un
poco más por el dinero que ganan”.
A
partir del 1° de marzo, se concederá un plazo para que los curadores de arte
contemporáneo encuentren otra profesión.
El
15 de marzo se cerrarán todos los museos de arte contemporáneo de Estados
Unidos, y sus obras serán donadas a jardines de niños en todo el país,
para que los infantes las mejoren.
Nota
por GordoLobo
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