domingo, 23 de noviembre de 2014




Hoy amor, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.
Hoy amor, igual que ayer, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.

Hoy dijo la radio que han hallado muerto al niño que yo fui
que han pagado un pasote de pelas por una acuarela falsa de Dalí.
Que ha caído la bolsa en el cielo,
que siguen las putas en huelga de celo en Moscú.
Que subió la marea, que fusilan mañana a Jesús de Judea,
que creció el agujero de ozono,
que el hombre de hoy es el padre del mono del año 2000.

Pero nada decía el programa de hoy de este eclipse de mar,
de este salto mortal,
de tu voz tiritando en la cinta del contestador,
de las manchas que deja el olvido a través del colchón...

Joaquín Sabina  Eclipse de mar (fragmento)


  Encuentro en los diarios del fin de semana más de un artículo interesante (que haya uno suele ser la excepción), y me pregunto sin sarcasmo ¿qué pasó?,  ¿la mediocridad de nuestra política local aburrió también al editor de La Nación?  Se agradece la existencia de material de lectura pero me siembran la sospecha paranoica: ¿qué está pasando?  ¿qué pretenden ocultar dando cobertura a noticias de cultura? ¿qué me perdí?  Algo huele a podrido en Dinamarca

Existe un punto de vista conservador, una manera muy europea de pensar, que dice que tenés que proteger la cultura.  Mario Vargas Llosa, por ejemplo, escribió cosas muy buenas del libro (Cultura Mainstream), pero dijo que no le gustaba la cultura que yo describía.  Considero que el concepto de proteger la jerarquía está terminado.  Por otro lado, tenés los algoritmos de Google, Facebook, la cultura pop y cool que dice que todo da igual, que entretenimiento es igual a arte…  Batman, Avatar, incluso Matrix o las animaciones de Pixar, que son extremadamente creativas.  No creo que mainstream sea de por sí algo opuesto al arte.  Hay artistas independientes, algunos que son parte del mainstream, pero el debate de la calidad es algo aparte.  (…)  Siempre hubo cultura con o sin fines de lucro.  El jazz desde el principio fue hecho para ganar dinero.  Hollywood igual.  La idea de que las artes son sin lucro no es precisa, pero tampoco lo es la idea de que el mercado funciona para todas las artes. (…) ¿Cuál sería, en este modelo, el combustible de la creación?  Hay muchos motivos: es una forma de expresarse; una manera de hacer dinero; de volverse famoso; otro es porque estás tan loco que ni siquiera entendés el mundo, pero sí entendés otro mundo, que va a ser el mundo del futuro.  Otro es porque estás marginado como mujer en Arabia Saudita, como un gay en Irán, como un árabe en los Estados Unidos, como un cubano en Miami, porque sos un outsider o un exiliado, porque estás perdido y creas algo para existir en el mundo que no te aceptaba.  Hay mil razones, pero sí creo que el dinero puede tener un rol importante…  incluso en Steven Spielberg, aunque no era el centro de su motivación. Hablemos del concepto de crítico consumidor en la Web. ¿Ha reemplazado a la crítica tradicional?  Algo que yo escribo en Cultura Mainstream y también en Smart, es sobre esa manera elitista de hacer crítica sobre el cine o los libros con tu cartera Vuitton y tu Rolex, o decirle a las personas qué es lo que tienen que leer y escuchar…  Yo creo que eso es una manera muy paternalista de entender la cultura.  Eso ya se terminó. (…)  Con o sin Rolex, no creo que un grupo de personas le pueda decir a todo el mundo lo que tiene que leer o mirar.  Hoy, una película puede tener buenas críticas en un diario y nadie va a verla.  Ya no tiene impacto y lo ves en la Web: nadie hace clic en los links.  Al mismo tiempo, no creo que un algoritmo y las masas nos den el punto de vista sólo por hacer un clic.  Necesitamos lo que en Smart llamo “la curaduría inteligente”.  Una mezcla del algoritmo con el agregado de una crítica personal, que no sea sólo estadística. (…)”

Frédéric Martel: “El entretenimiento puede ser arte, es parte e la cultura”.  Entrevista de Marcela Mazzei, La Nación 22 de noviembre de 2014, Suplemento Sábado página 4.


“…Soy más libre.  Hay tantas cosas que ya no me importan, aunque simulo que sí, porque uno aprende a convivir en sociedad.  Internamente voy siguiendo mi camino.  Pero ahora hay momentos que no son tan de broma.  Debería encontrar la actuación, pero no la encuentro exactamente: pienso mucho en la muerte.  Pero al mismo tiempo, valoro muchísimo más el instante.  Y lo que me acontece, lo que veo, oigo y siento vale por mil.  Lo que antes podía dejar pasar, hoy no: todo tiene una importancia.  Todo tiene un sentido multiplicado.  Veo una nube y me parece maravillosa.  Es una nube, sí.  Pero no va a haber otra. No como ésa.  No.  Habrá otras.  Estoy mucho más atento a las estaciones.  Voy sintiendo en el aire cuando se acerca el otoño o el verano.  Percibo con mucha más fuerza el tiempo que pasa, la mañana y la noche.  El dormir tiene ahora otro sentido.  Hoy es una parte muy importante de mi vida.  Me gusta.  Pero soy consciente de dormir.  Lo disfruto.  Aunque a veces estas ideas siguen a la noche y no puedo conciliar el sueño.  Me vienen a la mente aras, figuras o cosas que alguna vez h visto.  O no.  Anoche apareció el perfil de un joven recostado y el perfil de una joven, y ella trataba de colocar el mentón en el tabique de la nariz de él.  Trataba de que encajara, y seguía dibujando el resto de la imagen.  Pero no lo dibujó.  No, me entretuve pensándolo hasta que me dormí.  Juegos así se me presentan a cada rato.  (…)  Nunca busco nada.  Voy paseando la vista hasta que ¡tac! Algo me agarró.  Y no discuto más.  Lo respeto.  Obedezco.  En realidad, me atrae todo.  Por ejemplo,  hay una vidriera de trajes de hombre que me tiene intrigado, pero no me dejan sacar fotos.  Ya me echaron dos o tres veces.  Todo perfectamente puesto.  Hay también un negocio que vende vestidos de mujer, que quieren ser lujosos pero son kitsch.  Pero hay un equilibrio entre el gusto de lo que usan las mujeres en la calle y cómo las viste el vidrierista.  Un vestido de casamiento con lentejuelas mezclado con una blusa a florones, una diadema y la peluca con bucles.  ¡Y la cara de los maniquíes!  Yo lo quise conocer al hombre, saber de dónde partía, cómo componía, pero nunca me quiso recibir.  Yo quería pedirle que me enseñara como hacer vidrieras. (…)” 

Guillermo Roux “Quisiera liberarme del pasado, ya no soy el mismo; quisiera ser capaz de reinventarme”  entrevista de María Paula Zacharías, La Nación 22 de noviembre de 2014 Sección Cultura, página 28.


  “Es un museo, pero –y antes que eso- es un contrasentido.  Es una iniciativa de la Tate Gallery y plantea un recorrido virtual por las salas de un sitio imposible, de cuyas paredes cuelgan cuadros desaparecidos, obras destruidas o robadas de las que hoy, con suerte, sólo quedó una foto, una filmación, un reto único.  La idea fue ésa: reunir en un museo que no existe fuera de la pantalla (el Museo del Arte Perdido) la colección que ningún museo real podría tener fuera de ella. (…) …Si bien para muchos la digitalización es una garantía de supervivencia, algunos temen estar, apenas, frente a otra forma de la fragilidad.  Porque, ¿de dónde sacamos la idea de que la ausencia de soporte físico vuelve a todo más perdurable?  ¿Quién nos convenció de que largas hileras de unos y ceros serán capaces de retener par siempre la memoria del mundo? (…)  Nuestras imágenes tienen la densidad de un suspiro.  Si en verdad padecemos –como alguna vez sostuvo Derrida- el “mal del archivo” y no podemos sino conservarlo todo y a mansalva (desde las ecografías de nuestros hijos hasta el video de la última gran luna llena), sepamos al menos que en los digitales tiempos que corren lo que se gana en volumen se pierde en profundidad, y en sobrevida.  Registramos mucho más que hace dos siglos, es cierto.  Pero no grabamos en piedra, sino en arena, en polvo, en nada.  Nuestra memoria descansa en soportes más inestables y dados a envejecer a una velocidad aterradora  Cosas que, como aquel transparente museo del arte ausente, se parecen demasiado al olvido.”


Fernanda Sández Todo lo sólido se desvanece en el cyber, o la memoria olvidada La Nación 23 de  noviembre de 2014 Suplemento Enfoques pág. 2.





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