lunes, 16 de junio de 2014

 
Algo que debería haber aprendido a estas alturas es: uno, no pronunciarme en contra del psicoanálisis ante un grupo  de psicoanalistas; y dos, no discutir sobre publicidad con un publicista.  Aunque el publicista en cuestión sea en realidad un psicólogo social y su labor encubierta tenga más de técnicas de lavado de cerebro que de leal y frontal publicidad.
 
Por mi desliz me vi durante los últimos días atiborrada de material que canta loas de la eficacia del marketing para artistas.  No niego que haya mucha gente tanto convencida como dedicada a este asunto, muchísima si me detengo a observar cuanto hay escrito circulando por la red y de los seminarios, congresos y cursos que están llevándose a cabo en el mundo “real”.  Más allá de mi inconmovible convicción de que el arte es otra cosa, con reglas y tiempos propios, y no un mero producto puesto a la venta en el mercado masivo, me he detenido a leer todo lo que me llegó a las manos las últimas 48 horas.  Sigo la premisa de que hay que conocer al enemigo para poder combatirlo.
 
Tras la lectura pormenorizada confeccioné el siguiente ayuda memoria:
 


“ (…) Ser un artista no es fácil y la tentación de poner su carrera artística en espera y centrarse en otros intereses en lugar del arte a veces puede ser abrumadora. (…)
Por lo tanto hay que continuar con la actividad creativa no importa cuán difícil resulte este proceso. Continuar a pesar de que usted no está vendiendo nada. Continuar, incluso si no está satisfecho con lo que está produciendo. Perseverar, trabajar a través de los tiempos difíciles…  (…)  Usted tiene que documentarse a sí mismo y a su obra. Usted tiene que dar la impresión de que es un artista serio. Usted debe presentar pruebas tangibles de sus logros que cualquiera puede ver, leer y entender. Las siguientes sugerencias le ayudarán a lograr estos objetivos:


- Unirse a  organizaciones de artistas y figurar en las nóminas de miembros.


- Solicitar a un artdealer o  galería a publicar un catálogo de su obra con,  por lo menos, doce páginas. 


- Siempre que sea posible, conseguir figurar en catálogos de exposiciones y boletines de los museos, asociaciones de arte, exposiciones colectivas, eventos con jurado o no, muestras en ámbitos locales, regionales y estatales. 


- Haga que su trabajo se reseñado en los periódicos o revistas. Siquiera una mención de una palabra en un pequeño artículo en la parte inferior de la página en el periódico de barrio es bueno. 


- Aparecer en los listados de los principales diccionarios biográficos como el Quién es Quién en el arte americano. Pero sólo en las publicaciones que aceptan los solicitantes sobre la base del mérito, y no cobran por los listados. Directorios que cobran por los anuncios son generalmente mal distribuidos, y no son tomados en serio por los coleccionistas. 


Quieren una prueba física - y cuanto más, mejor - que confirma que eres un artista. Desean tomar la prueba de ello en sus manos y colocarla en las manos de cualquier otra persona que esté pensando en comprar su obra. Decir no es tan eficaz como mostrar. El curriculum vitae está muy bien, pero los libros, catálogos y artículos publicados por terceros neutrales  realmente impresiona. Es una prueba del mundo exterior que usted es quien dice ser.
(…)…una buena documentación siempre aumenta el valor de su arte.
Ahora, para algunos consejos sobre la comercialización. Vender arte es una tarea competitiva. (…)  A menudo implica algo más que ser capaz de hablar cómodamente sobre su obra. La mayoría de los coleccionistas de arte contemporáneo se relacionan con los artistas como una parte esencial de su proceso de selección. Los coleccionistas aman involucrarse en la comunidad artística, dedicando tiempo a visitar galerías, uniéndose a entidades benefactoras de museos, concurren a inauguraciones, visitan estudios o talleres de los artistas…  Así que cuando usted está llamado a actuar como su propio promotor,  debe estar listo. (…) …los galeristas reconocen que los artistas que tienen habilidades sociales y conversacionales tienen una ventaja sobre los artistas que no. Les da a elegir entre dos artistas igualmente calificados, la mayoría de los dealers van con el que sale mejor en público. (…)”.

(Texto de  la  charla dada a los artistas en el Centro de Arte de Indianápolis y a los estudiantes de arte de la Escuela de Arte de Herron en la Universidad de Purdue, también en Indianápolis. Fuente: http://www.taringa.net/posts/arte/11883468/Consejos-de-marketing-para-aumentar-el-mercado-del-arte.html)


“El arte es la capacidad creadora del ser humano, decía Platón, y estoy alineada con ese concepto. (…) …el arte, entendido como una actividad (o producto) realizado con finalidades estéticas o comunicativas, a través del cual se expresan ideas, emociones o una visión general del mundo, y donde tuvo -en principio- una función ritual-mágica, se evolucionó de tal modo, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, y mercantil.  El arte entendido como un medio de expresión humano de carácter creativo, mal que le pese a cualquiera, también es un negocio, y eso se ve representado en un escritor que vende libros, en un pintor que vende cuadros, en un escultor que vende piezas de cerámica, o en un músico o canta-autor que vende discos, o una bailarina o cuerpo de baile, que comercializa sus shows.
Ya el simple hecho de la exhibición, es un método de promoción, aunque no hayas fines comerciales. Estamos mostrando lo que somos y lo que hacemos, para dejar una huella, o simplemente para plasmar nuestros sentimientos, emociones, y reflejos de nuestros intereses. Las redes sociales son una nueva herramienta para los artistas, quienes utilizan estos métodos para difundirse (Twitter, facebooks, blogger) en ellas nos estamos "vendiendo" todo el tiempo, vendemos y compramos información, entretenimiento, contenidos, aunque no hayan transacciones comerciales. Todo ese intercambio nos hace crecer, opinar, dialogar, compartir, diferenciarnos del resto”.  Rosina W. Alvarez © 2010  (Fuente: http://www.xing.com/net/ne_telecomunicaciones/e-marketing-382688/el-marketing-como-estrategia-del-arte-34732243)



“(…) ¿Por qué si el arte ha triunfado —y podemos tomar el éxito monetario de Hirst como un signo de que así es— en su lucha por ser libre de toda atadura histórica, política, filosófica y moral, por qué, como resultado, los artistas han homogeneizado su producción?

Precisamente los artistas, quienes por definición deberían ser singulares, ¿cómo es que todos hacen lo mismo en todas partes del mundo? ¿Por qué si no hay ningún poder que les conmine a actuar de cierta forma todos procuran un mismo tono, un mismo sentido del humor? Una cierta pretensión de astucia frente al sistema y la historia del arte, y aun en los casos de una producción orientada hacia la conciencia social o una exploración intimista, como algunos escandinavos o latinoamericanos, el resultado sigue siendo el de un mensaje algo trivial trabajosamente encriptado.

El crítico Robert Hughes no se lo pensó dos veces para denunciar la monstruosidad que significaba el éxito de Sotheby’s con Hirst, tal cantidad de dinero por un arte superfluo. Su colega en The Guardian, Germaine Greer, le respondió con el juicio de los que suelen defender el arte contemporáneo: sencillamente lo llamó “anticuado”. Pero creo que Greer en su artículo, y aun en su limitada comprensión de las cosas, fue mucho más acertado que Hughes: “El innegable genio de Hirst consiste no en hacer grandes obras de arte, sino en conseguir que la gente las compre. Damien Hirst es una marca, porque el arte del siglo XXI es el marketing”.

Estoy seguro de que si les preguntásemos, la inmensa mayoría de los artistas que no comparten el éxito ni el cinismo de Koons, los Chapman Brothers o Hirst, dirían, con diversos grados de indignación relativos a la juventud, que su arte es mucho más que marketing. Es definitivo que la línea histórica que une las producciones más recientes del arte contemporáneo con las vanguardias puede leerse claramente sobre el abandono de las técnicas de representación, el camino hacia “el concepto”, pero la angustia intrínseca, la preocupación existencial que nos encuentra en las obras europeas producidas de 1900 a 1950 han desaparecido por completo. Como Baudrillard ha señalado, y como cualquier artista medianamente exitoso sabe perfectamente, el sistema de mercado del arte contemporáneo es perfectamente afín a la lógica de la rapiña capitalista, no se distingue en nada de la lógica financiera de la especulación; se juega en cotizaciones, burbujas e inflación y demanda; un sistema que permea el mercado desde mucho antes de que el arte llegue a las salas de exhibición y que empieza desde la elección de los temas, los colores y los materiales. Quizás desde las últimas obras de Warhol. El mercado comienza ahí donde se suponía que el artista gozaba de una libertad irreductible: en su proceso creativo. La vida interior del artista no se distingue ya en nada de la vida pública de las ferias y las subastas. El triunfo del arte consiste en haber sido anexado, absorbido dentro de un sistema global que dicta la moral de lo que se consume en materia alimenticia, lo que se piensa en materia política, lo que se juzga en el campo psiquiátrico y lo que se practica en las disciplinas sexuales, como en una especie de totalitarismo infinitamente discreto.

Tal vez tenga razón Eric Hobsbawm —aunque no en el sentido en el que él lo expone— al decir que las vanguardias fracasaron. Esto explicaría el cinismo de los artistas contemporáneos, siempre acompañado de la fantasía de “burlar el sistema”; no les queda otro camino para medianamente salvar la vergüenza al llamarse artistas ante la tremenda carga semántica que otros antes que ellos le otorgaron al vocablo, y si es cierto, como afirmó Levi-Strauss, que son los cambios socioeconómicos lo que producen los cambios ideológicos y no a la inversa, a este nuevo arte le queda aún una vida muy prolongada bajo la exacta fórmula de Chesterton: “Todo prolonga su existencia negando que existe”. Erick Vázquez (Fuente: http://revistareplicante.com/el-triunfo-el-arte-como-marketing/)
 


“La promoción exitosa de las artes depende de mostrar tu trabajo a los compradores objetivos. Si eres un artista tratando de mostrar y vender tu trabajo o de una organización artística tratando de llenar tu lugar para una actuación, no llegarás muy lejos sin la comercialización de tus ofertas. Una promoción exitosa es dirigida a tu audiencia potencial con varios métodos. Utiliza un enfoque mixto derivado de las diferentes formas de promoción, que van desde los medios impresos tradicionales hasta el marketing en línea.

Marketing impreso: Puede parecer como si el mundo de la electrónica se haya hecho cargo, pero la comercialización tradicional impresa sigue siendo eficaz. Crea tarjetas postales, volantes y folletos por correo a los suscriptores y distribúyelos en lugares como tiendas y cafeterías. Envía comunicados de prensa a los periódicos y considera la compra de anuncios en revistas de artes locales. Las tarjetas de visita pueden ser apropiadas para la difusión de la palabra, sobre todo para los artistas individuales.

En línea: Tu primera prioridad en el marketing en línea es crear un sitio web que incluya en tu oferta de mínimos, un calendario de eventos e información de contacto. Un sitio de trabajos con un sumario de todas las futuras galerías y una forma de adquirir las obras de arte es apropiado para los artistas visuales. (…) Mantén un blog y un enlace a tu sitio web. Muchos sitios de eventos en línea y las páginas de entretenimiento de los periódicos en línea te permiten alistar tus eventos de forma gratuita.

Correo electrónico: Crea un boletín de correo electrónico para enviar a las personas que se suscriben a él en tu sitio web. Nunca envíes correo electrónico no solicitado, o puede ser considerado un correo no deseado. Que los lectores no sólo sepan sobre muestras o eventos, sino que también ofrezcas valor a tus suscriptores más allá de la información básica. (…)

Medios Sociales: Las cuentas de medios sociales te dan la oportunidad de tener conversaciones virtuales con tu audiencia potencial. Hazle saber lo que es especial acerca de tu arte con una página de Facebook que haga hincapié en los álbumes de fotos, e incluye enlaces a tu sitio web, donde puedan adquirir piezas.  (…) Pídele a la gente lo que les gusta de tu oferta de arte, inicia un diálogo y que se vaya desarrollando una audiencia comprometida dispuesta a ayudarte a difundir la palabra acerca de ti.

Eventos comunitarios: Muchas comunidades sostienen "paseos de arte" mensuales que muestran las artes visuales, musicales y de danza en galerías y otros negocios locales. Envía una cartera y solicita tu participación para llegar a un público objetivo. Alquila un stand en una feria local o festival para mostrar tu arte.  (…)” Maria Christensen, Demand Media | Traducido por Franco Castro  (Fuente: http://pyme.lavoztx.com/ideas-en-el-marketing-de-arte-7776.html)



 
Post data:  De lo trascripto arriba,  no surge nada que no sea de práctica común en cualquier artista que se dedique en serio a esto:  documentar la obra y los eventos en que participa, tratar de difundir las muestras y los reconocimientos obtenidos, invertir en gráfica y folletería, prender una vela a cada santo para que algún periódico reseñe una muestra...  Resulta evidente también que el artista que sabe "venderse"  con exuberancia tiene más allanado el camino que aquel que es tímido e introvertido.  Es un hecho que lo que hace Hirst es cualquier cosa menos arte. Las técnicas y consejos de marketing parecen más un compendio de obviedades resultantes de la observación atenta al colectivo artístico que la elaboración técnica de nuevas e infalibles recetas para acceder al éxito.  ¿Por qué pagarle a alguien -el "publicista"- para que haga como "innovación" lo que uno ya lleva haciendo añares?  Nada nuevo hay bajo el sol.  Todo se trata de mucho trabajo y mucha pasión. Tiempo y, claro, suerte.  Mucha  e impredecible buena suerte.
 

 


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