sábado, 14 de junio de 2014


La discusión arrancó con el tema de las fotos.  Originariamente, ante mi negativa de poner sellos de agua a las fotos de mis obras subidas a la web, concilié con el crear un blog para concentrarlas y de esa manera ejercer cierto poder de custodia sobre la propiedad intelectual de las imágenes.  Sentar precedente público de mi autoría.  O algo así.

  Aunque, como ya he dicho varias veces, a mí no me molesta que usen las imágenes de mis obras; por el contrario, lo siento como un generoso halago ya que implica el logro de comunicación con un desconocido que el arte tiene como meta final (ser un  lenguaje universal).  Pero para cerrar una discusión que pintaba ser eternamente reiterativa, subí las fotos de mis trabajos en un blog vinculado a este (El gato de Cheshire – Trastienda de Arte  Art Gallery), al que –a las vistas está- no le presté nunca demasiada atención.    Subir las fotos como en una galería fija y virtual ME ABURRE


  Por el contrario, el usar las imágenes de mis obras para incluirlas como separadores en este blog, referirlas cuando se mueven en concreto a alguna muestra, fragmentarlas, superponerlas, recortarlas y jugar con ellas al incluirlas cotidianamente en esta especie de diario personal realmente me divierte.

  Y ahora resulta que eso está MUY MAL.  No tengo que toquetear las imágenes de mis obras.  Cómo voy a recortarlas y montarlas con otras, tomar fragmentos de obras inconclusas y superponerlas con otras terminadas y hasta con algunas ya vendidas.  Estoy confundiendo el producto, creando una publicidad engañosa, estoy haciendo no sé qué pero que es exactamente lo contrario al A-B-C más básico de las técnicas de comercialización. 

   Si se trataba originariamente de reguardar mi propiedad intelectual, ¿por qué resulta que ahora no tengo derecho alguno sobre MIS obras?  Son mías, yo las hice, yo las tengo, yo saqué las fotos y yo las presento como se me da la gana.  Este blog no está publicitando y mucho menos vendiendo nada.  Sólo le hablo a vaya uno saber quién sobre las vaguedades y contradicciones que pueblan mi pensamiento, ilustrando mis desvarios con fotos caseras de dibujitos hechos por mí. Punto.   

  El que uno sea lo suficientemente educado como para escuchar lo que otra persona dice cuando abre la boca no significa que uno esté de acuerdo y que acepte que se metan a digitar una vida que, temo por ellos, es exclusivamente mía.  Y, en serio, SE ACABÓ LA DISCUSIÓN.  Mis obras son mías, las fotos que tomo de ellas son mías también y este blog es de mi exclusiva y excluyente propiedad. No reconozco señorío superior sobre ellos que el que yo ejerzo.   Y no-lo-com-par-to.

  Traducido: déjenme en paz porque es tiempo y esfuerzo perdido. Palabra de oráculo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario